A Karen Barillas le cuesta hacerse a la idea de que en su pecho tiene un corazón fuerte al que siente palpitar, porque hasta hace poco tenía uno débil y cansado.
Ella es una maestra de secundaria de 28 años, a la que le tuvieron que hacer un trasplante de corazón. La operación se la hicieron en el hospital Calderón Guardia y tardó 10 horas, pero fue todo un éxito.
LEA MÁS: País ya acordó cómo frenar problema de inseguridad y acá le contamos cuál es el plan
“Cuando desperté, lo primero que pensé fue: ¡estoy viva! Y de inmediato sentí cómo se movía mi nuevo corazón en mi pecho. Latía tan fuerte que hasta lo podía sentir, incluso veía cómo se levantaba mi pecho”, contó emocionada.
La educadora celebrará el próximo 2 de marzo su cumpleaños número 29 con un nuevo corazón que le permitió regresar a trabajar a la escuela Los Ángeles de Cariari, en Guápiles, un año después de recibir su trasplante.
Atrás quedaron los días de angustia, la falta de aliento para caminar, el cansancio extremo, las idas constantes al servicio de urgencias, la incertidumbre y el hecho de tener que enfrentarse a una muerte inminente, sintiendo cómo su corazón se debilitaba cada vez más.
“No es nada fácil llevar una vida normal y en muy poco tiempo tener que aceptar que se tiene una enfermedad que simplemente está acabando con tu vida poco a poco”, manifestó la sobreviviente.
Karen cuenta que, después de contagiarse de covid-19 en 2023 y sufrir un episodio severo de esta enfermedad, empezó a sentirse sumamente cansada y, sobre todo, con dificultad para respirar.
LEA MÁS: MEP aclaró qué va a pasar con las pruebas comprensivas, ¿ya no se va a evaluar a los estudiantes?
De acuerdo con el Dr. José André Madrigal, coordinador del Programa Institucional de Donación y Trasplantes de Órganos y Tejidos de la CCSS, el caso de Karen se debió a una complicación por covid-19 de gran severidad, ya que le produjo una miocardiopatía dilatada secundaria a la infección, lo que provocó que su corazón empezara a fallar de manera progresiva. Su única opción de vida era recibir un trasplante de corazón.
El cuarto intento fue el que la salvó
Debido a su serio problema de salud, Karen fue referida al Calderón Guardia, donde, además de recibir tratamiento con un dispositivo conocido como desfibrilador automático implantable (DAI), que le controlaba continuamente el ritmo cardíaco, ingresó a la lista de espera para trasplante de corazón.
LEA MÁS: Rodrigo Arias dijo algo muy rudo que dejó mal parado al presidente Rodrigo Chaves
“Me llamaron en tres ocasiones del hospital para decirme que había un donante. Teníamos que salir corriendo hacia San José, pero al llegar, por diferentes razones, como que el donante tenía algún daño en las arterias, no se podía concretar el trasplante. Fue hasta que me llamaron por cuarta vez cuando finalmente se pudo realizar la cirugía. Recuerdo bien cuando la coordinadora de donación del Calderón me dijo: ‘Karen, este sí es su nuevo corazón’”, narró.
La paciente pedía a Dios que no se presentaran problemas durante el trayecto, sobre todo al iniciar la ruta por el cerro Zurquí, donde es habitual el mal tiempo, los derrumbes y los accidentes. Precisamente, el mal tiempo fue la causa por la que no logró llegar la tercera vez que la llamaron para comunicarle que había un donante.
“Creo que Dios sí escuchó mis oraciones, porque esa carretera estaba totalmente despejada, no llovía y, aunque íbamos de noche, había claridad, sin derrumbes y casi sin carros. Era como ir en una pista”, comentó.
Ella recuerda que después de la operación, una vez que la extubaron y pudo hablar, lo primero que pidió fue ver a su mamá. Doña Adriana Valverde estaba detrás de una ventana del cuarto de cuidados intensivos y desde ahí la saludó.
Ocho días después de la cirugía, finalmente la levantaron y pudo darse un baño que describe como “la sensación más placentera”. Pudo caminar y se sintió muy bien.
Karen ha vuelto a hacer lo que más ama: enseñar. Pero sin duda lo hace con una nueva visión de la vida y, sobre todo, con una profunda gratitud por aquellas personas que, aun en su dolor por la muerte de un ser querido, fueron capaces de desprenderse y brindarle a ella la oportunidad de vivir, aunque ni siquiera la conocieran.
“Si no existiera la donación, yo no estaría hoy aquí. Para mí es un milagro y una bendición muy grande de parte de Dios. Gracias a todos los médicos que estuvieron involucrados en mi cirugía. Solo tengo gratitud para todos ellos y, por supuesto, también para la familia del donante, para quienes además tengo mi total admiración, aunque nunca los conoceré”.
Este 27 de febrero se celebra el Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos, una ocasión idónea para reiterar el mensaje sobre la importancia de la donación de órganos y tejidos. Karen le pide a la población que se motive a donar, porque hay personas que ya no tienen posibilidad de seguir viviendo si no es con un trasplante de órganos.