El año y medio que llevamos enfrentando la pandemia no ha impedido que las muestras de solidaridad y amor se vean plasmadas en muchos lugares.
Un ejemplo de eso lo vimos en la iglesia de San Jerónimo de Sardinal, en Carrillo de Guanacaste, liderada por el padre Marcos Morales, en la que durante todo este tiempo sus fieles se han encargado de trabajar con amor y esfuerzo, demostrando que incluso en tiempos difíciles se puede salir adelante.
Una de esas feligreses es la artista Karol Andrea Madrigal, una madre de tres hijos, que se encargó de darle una imagen más agradable al presbiterio (altar) de la iglesia. Luego de conversar la idea con el padre, decidió pintar el monte calvario, donde crucificaron a Jesús el Viernes Santo.
“El mural quedó tan bien hecho que parece que la cruz forma parte del mural. Desde una cierta perspectiva, parece que la cruz está incrustada, como acogiendo a la gente”, explicó el sacerdote.
Además, próximamente pintará la capilla donde está el Santísimo, al lado del altar. Ahí representará el huerto de los Olivos, donde Jesús estuvo rezando el Jueves Santo antes de ser detenido.
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“Para mí fue un sueño, porque ahí se ponían cortinas, pero queríamos resaltar la cruz y su mensaje en estos momentos. Cuando las personas, que están con preocupaciones, crisis, enfermedades y dolores, entren a la iglesia, es encuentran con ese Cristo grandototote que los recibe y encuentran un poco de esperanza”, contó el padre Morales.
Dos meses
A esta mamita le tomó dos meses terminar este mural de seis metros de ancho por seis de alto, porque asistía durante sus ratos libres.
“Todo comenzó con el corazón que pusieron al frente de la iglesia, a la par de las letras de Sardinal, en el que también participé, ahí el padre me comentó que quería hacer el mural, le hice un boceto a lápiz y así le ayudé”, explicó la artista guanacasteca.
Esta mujer, de 36 años, dice que le ha gustado el arte desde chiquitita, ya más grande llevó un curso de pintura en óleo, lo hacía como pasatiempo en su casa y luego comenzó a trabajar en artesanías.
Este Día de la Madre lo celebrará junto a sus hijos Kenneth Estupiñán de 20 años, Thiago Vallejos de cinco y Joshua Chavarria de dos añitos, así como un nietico de tres años llamado Evans.
Actualmente trabaja para una floristería y confesó que es la primera vez que pinta algo tan grande y que hasta ella misma se sorprendió de sus habilidades.
“El padre siempre me echó la manita en todo porque yo estaba sin trabajo por la pandemia y cada vez que yo pinto es como una manera de despejarme y Dios me dio un don que no sabía que podía hacer”, reconoció Karol.