La presidenta de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Esquivel, regresó este martes a la Asamblea Legislativa pero, luego del jalón de orejas que recibió por parte de Rodrigo Arias, presidente del Congreso, llegó con una actitud muy diferente.
La jerarca tuvo que llegar como cualquier mortal, sin escoltas y sin preferencias como ella lo pretendía.
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La nueva visita de la presidenta de la Caja causó mucha expectativa, ya que el 25 de enero pasado había llegado al Congreso y se había armado un alboroto.
Esquivel había ido a una comparecencia a la Asamblea, pero llegó con escoltas de la Unidad Especial de Intervención (UEI), un cuerpo policial que pertenece a Presidencia y debe atender casos de narcotráfico o terrorismos, algo que, claramente, no aplica a la visita de la jerarca al Congreso.
En esa oportunidad los escoltas empujaron a varios periodistas mientras custodiaban a Marta Esquivel, algo que causó mucha molestia.
A raíz de eso, Esquivel le mandó una carta a Rodrigo Arias, presidente de la Asamblea Legislativa, en la que decía: “si no se garantiza la protección de mi integridad física, deberé abstenerme de asistir a futuras convocatorias de los diputados y diputadas”.
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Jalón de orejas
Rodrigo Arias respondió la carta de forma diplomática, pero sin pelos en la lengua y le dejó en claro a Esquivel que las cosas no eran como ella decía porque si se negaba a asistir a una convocatoria de los diputados podían hasta mandarla a traer con la Fuerza Pública.
“Me permito indicarle que esta presidencia tiene el firme compromiso de resguardar la integridad física y la seguridad no sólo de los visitantes, sino de todos aquellos colaboradores y colaboradoras que prestan servicio en la institución. Le aseguro que durante sus comparecencias tendrá garantizada su seguridad de conformidad con los reglamentos y protocolos adoptados por esta Asamblea Legislativa.
“No obstante, con el mayor de los respetos, me permito indicarle que no puedo aceptar su aseveración cuando dice: ‘si no se garantiza la protección de mi integridad física, deberé abstenerme de asistir a futuras convocatorias de los diputados y diputadas’. Debo recordar que la división de poderes establecida en nuestra Constitución Política le establece como una atribución a esta Asamblea Legislativa el control político sobre todas las actuaciones de los órganos y funcionarios del Estado”, dijo Arias.
El deber de asistir a las comparecencias está especificado en la Constitución Política, así que Esquivel, cualquier otro funcionario estatal, y los costarricenses en general, tienen el deber de llegar al Congreso a dar explicaciones cuando así lo requieran los diputados.
Según el párrafo segundo del artículo 112 del Reglamento de la Asamblea Legislativa, “toda persona deberá asistir al ser convocada, salvo justa causa, y, en caso de renuencia, será conducida por la Fuerza Pública”.
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Todo en orden
Ante la advertencia de Arias, la presidenta de la Caja no tuvo más remedio que llegar este martes sin escolta y como cualquier otra ciudadana.
Esquivel llegó, ingresó a la sala de la Comisión de Derechos Humanos, contestó las preguntas de los diputados sobre un tema del Fondo de Capitalización Laboral y luego salió.
Varios periodistas estaban esperándola en las afueras de la sala y la acompañaron hasta el ascensor haciéndole preguntas. Pese a que Esquivel no contestó preguntas de fondo, sí dijo que el jueves dará información sobre los informes actuariales de la Caja, luego de que la acusaran de haberlos maquillado para evitar el desarrollo de proyectos.
Al final, la jerarca salió del edificio, sin ningún problema, sin que hiciera falta seguridad extra como ella lo indicó en la carta a Arias, solo fue acompañada por parte del personal del departamento de Seguridad de la Asamblea Legislativa.
La directora ejecutiva de la Asamblea, Karla Granados, y la jefa de Seguridad, Magaly Camacho, también estuvieron presentes para asegurarse que todo transcurriera con tranquilidad.