Todos tenemos en la cabeza que la forma de proceder con las prendas de ropa íntima es siempre la misma: cambiarlas a diario y lavarlas con frecuencia para evitar que se acumulen bacterias.
Sin embargo, no todo el mundo lo hace y así lo dejó ver una encuesta hecha en el Reino Unido.
Los investigadores encontraron que una de cada diez mujeres se cambiaba los pantys cada dos o tres días y en otra encuesta realizada en Estados Unidos, el hallazgo fue que uno de cada cinco hombres no se cambiaba la ropa interior a diario.
Al tratarse de piezas de ropa que se usan en la zona de los genitales, están en contacto con secreciones corporales. Además, es un área del cuerpo que está a mayor temperatura que el resto, por lo que también acumula fluidos por el sudor de la ingle.
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Irritaciones
Si bien muchas de las bacterias que produce el cuerpo humano no son dañinas, al estar en contacto prolongado con la piel podrían generar irritaciones, algunas veces acné genital y producir un característico mal olor.
Por otro lado, el calor que se concentra en las zonas íntimas también se convierte en una condición perfecta para que las bacterias se reproduzcan con rapidez.
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Una de las bacterias más comunes es la E. Coli y la presencia de organismos como este pueden generar infecciones del tracto urinario.
De igual manera, en el caso de hacer ejercicio también es recomendable cambiarse la ropa interior después de terminar, precisamente por el sudor que se produce debido a la actividad física.
Fuera de la cama
De acuerdo con el diario español La Vanguardia, los expertos recomiendan no dormir con ropa interior para evitar la aparición de infecciones como vaginitis y vaginosis bacteriana en el caso de las mujeres.
En el caso de las medias (pantys), al producir tanto sudor durante el día, existe el riesgo de desarrollar pie de atleta, un tipo de hongo que surge en la humedad.
De acuerdo con las recomendaciones de expertos recogidas en el periódico español “El Diario”, lo mejor es lavar la ropa interior en tandas separadas del resto de prendas, pues puede tener materia fecal y otras secreciones.
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La temperatura ideal para eliminar todas las bacterias que se acumulan son 60 grados centígrados.