Cuando Angie Cervantes Rodríguez mezcló su pasión por la actuación con su amor por la Microbiología, se dio cuenta de que le había nacido la payasita Doctora Solución Salina 90-60-90, con la cual le dio vida, hace 17 años, al proyecto Hospisonrisas.
Ella es microbióloga en las oficinas centrales de la Caja Costarricense de Seguro Social (Caja). En el 2007 fundó Hospisonrisas porque tenía que presentar un proyecto para obtener la licenciatura en Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica, por lo que le pareció genial llevar el arte fuera de los teatros justo cuando realizaba su internado en el Hospital Nacional de Niños.
“Viendo a los doctores payaso de Brasil, también conocidos como doctores de la alegría, se me ocurrió desarrollar esa idea en el país, ya que no existía, en el 2007, ningún tipo de intervención artística con payasos en los hospitales.
“Le hablé de mi proyecto al director del Hospital de Niños en ese momento, el doctor Rodolfo Hernández, y él me autorizó a darle vida al proyecto, pero con la condición de que fuese algo para toda la vida, de inmediato le dije que sí”, recordó la microbióloga.
Con el sí del doctor Hernández, ella comenzó a estudiar fuerte sobre los doctores payaso de Sudamérica, Estados Unidos, España, Italia y Francia. Luego logró crear el concepto y la forma en que un doctor payaso debía aportar en los hospitales. Incluso se ayudó de experimentados payasos ticos para darle vida a la alegre Doctora Solución Salina 90-60-90.
Todo en positivo
Una regla que se respeta, es que los nombres de los doctores payaso deben ser de cosas que hay en los hospitales o relacionadas con medicinas.
“La idea es vestir de humor lo que se usa en los hospitales para que los pacientes y sus familias no los mantengan relacionados con el dolor y el sufrimiento, que no les den sentimientos negativos”, explicó la payasita doctora.
“Hospisonrisas nace para acompañar el proceso de recuperación del paciente y compartir con las familias, así como con el personal médico. Los pacientes y sus familiares soportan una gran carga emocional en el proceso de recuperación, lo mismo que el personal de salud.
“Es un acompañamiento que usa al doctor payaso como figura, el cual se construye desde el contacto con la persona, la conexión con el paciente y los familiares buscando entender sus necesidades y su estado de ánimo, ya que en los hospitales las personas están muy vulnerables y llenas de dolor”, aclara.
La Doctora Solución Salina 90-60-90 está convencida de que: “el humor, la risa, trae esperanza, genera una mirada positiva en medio de la situación que se vive. Está más que comprobado que la risa tiene efectos positivos en el cuerpo y la mente de las personas al generarle hormonas que provocan bienestar”.
La risa sana
Nos dio como ejemplo una vez que en el Hospital de Niños había un pacientito al cual le habían asegurado que cuando se comiera toda su comida lo dejarían irse para la casa, pero él no quería comer, no tenía nada de hambre.
De pura casualidad ese día llegaron los doctores payaso de Hospisonrisas y al pacientito, en medio de las risas, le dio hambre y se comió todo lo que le sirvieron, por lo que se pudo ir para su casa.
“El payaso es una manera muy humana y amable de amarse tal y como uno es. A través de la aceptación propia somos generadores de alegría y bienestar para las personas en los hospitales.
“La risa y el humor sanan porque sirven para que uno se encuentre con su propio dolor y lo transforme positivamente. Normalmente, la gente subestima el poder de la risa, pero la risa ayuda al proceso de sanación física, mental y sicológica”, advierte la payasita ¿o la microbióloga? Ya ni sabemos cuál fue.
Explica la microbióloga, que al principio creyeron que era un asunto de dar alegría y ayudar a la sanación, sin embargo, de inmediato se dieron cuenta todos los doctores payaso que ellos reciben muchísimo de cada paciente, cada familiar y cada trabajador hospitalario.
“Hospisonrisas ha sido un camino de crecimiento personal, de conocimiento interno y de transformación a partir de las experiencias vividas. El doctor payaso valora más la vida, la salud, se siente uno más cerca de la felicidad, porque cuando se da a otros se es más feliz.
“Se aprenden valores como solidaridad, empatía, positivismo. Uno entra en gratitud y cuando uno es agradecido todo lo que uno es en la vida le cambia, ya que se aprende a vivir en positivo, en alegría. Se aprende a vivir sonriendo, a vivir el presente. Se aprende que uno se equivoca y eso está bien, no somos perfectos, por eso se aprende a perderle el miedo al error y así se disfruta más la vida”, reconoce, posiblemente ahora sí, la microbióloga… al menos eso creemos.
Nos toca quitarnos la naricita roja (acharita), pero los dejamos con la frase de batalla de Hospisonrisas: “Sanar almas con amor y humor”, especialmente este domingo 5 de mayo que se celebra el Día Mundial de la Risa.