Los chanchitos de barro que muchas familias usamos como alcancía tienen un enemigo a muerte que afecta las ventas de sus fabricantes, pero eso no significa que estén desapareciendo; por el contrario, les vamos a demostrar que estos cerditos gozan de muy buena salud.
Le contamos, por si no lo sabía, que en Alajuelita hay una fábrica de estos chanchitos y tiene más de 40 años de existir. La visitamos el pasado miércoles 11 de diciembre, justo cuando ya arrancó la temporada alta de estas alcancías, pues es cuando más se venden.
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Muy amablemente nos abrieron las puertas de la Alfarería Estrella de Sur, que está ubicada desde hace más de cuatro décadas en Concepción Arriba de Alajuelita. Nos atendieron Paola e Israel Ortega Ramírez, los hijos de don Miguel Ángel Ortega Solís, quien heredó el arte de la alfarería de su papá (don Ramón Ortega, ya fallecido) y ahora se lo transmitió a sus hijos.
Como les dijimos, llegamos en plena temporada alta, por eso don Miguel Ángel no estaba, andaba fajado repartiendo chanchitos de barro en Guápiles. Estos amigos del ahorro los hace la familia alajueliteña para distribuirlos en las cinco provincias.
“Sí se venden. Muchos. Gracias a Dios, el negocio continúa; sin embargo, quiero contarle que estos chachitos tienen ahora un gran enemigo, el SINPE Móvil. Desde que llegó el SINPE comenzaron a bajar las ventas, porque la gente ahora usa sobres digitales o paga el dinero de una vez y eso ha provocado que ocupen menos las alcancías”, nos cuenta Paola.
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Fue lindísima la experiencia que vivimos con esta familia porque, en verdad, hacen los chanchitos desde que sacan a pico y pala el pedazo de barro (en realidad es arcilla), lo echan en un carretillo y lo llevan a la parte interna de la fabriquita.
“Nosotros (Paola e Israel) somos la tercera generación que hace chanchitos de barro. Mi abuelo (don Ramón), fue quien comenzó la empresa, la siguió mi papá y ahora los seis hijos estamos metidos y sabemos todo el proceso de fabricación”, explica Israel.
Desde las cenizas
Recuerda Paola que ella comenzó a trabajar con los chachitos desde que tenía cinco años. Salía de la escuela, hacía las tareas y se ponía las pilas a trabajar porque reconoce que desde muy chiquilla le gusta la plata. Todas las vacaciones las aprovechaba haciendo alcancías y su buena platica sacaba.
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Como le hicimos recordar la historia bonita de la alfarería, fue imposible que no se acordara también de lo no tan lindo y fue ahí cuando hasta el rostro le cambió, ya que se puso triste.
“Le cuento que en el 2012 esta fábrica se quemó toda. Fue a eso de las 5 de la tarde del 18 de julio. Hubo un incendio en el puro centro del terreno, entonces el fuego agarró para todos lados y se quemó todo por completo. No solo se quemó la alfarería, sino también nuestra casa, nos quedamos solo con la ropa que andábamos puesta.
“Gracias a Dios, mucha gente nos ayudó, familiares, vecinos, instituciones, gente que era amiga del negocio. Con esas ayudas pudimos volver a echar a andar la empresa. No fue para nada fácil, pero lo logramos a pesar de haber quedado sin negocio y sin casa”, recordó.
Gracias a las chanchadas
A pesar de que “Don SINPE” se convirtió en tremendo enemigo de los chachitos de barro, sobre todo después de la pandemia, los alajueliteños agradecen que todavía existen miles de familias que le apuestan todo al ahorro como propósito de año nuevo.
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“La Teja está llegando justo en el inicio de la temporada alta. Aquí se comienzan a vender muchos chachitos a partir de diciembre y hasta marzo; esos son los mejores meses del año para la venta, pero nunca dejamos de trabajar, todo el año estamos haciendo alcancías. Cada chanchito dura un poquito más de una semana haciéndose.
“Todavía hay hogares en los cuales el chanchito se compra para iniciar los ahorros del año: marchamos, útiles escolares del siguiente año, para ayudarse con los gastos de fin de año; en fin, el ahorro se mantiene como buena costumbre. A partir de noviembre comienzan a quebrarlos para reiniciar en enero”, reconoce Paola.
Cualquier persona o negocio puede llamar a esta pulseadora familia para pedirle su chachito y así iniciar la buena costumbre del ahorro, el teléfono es: 8836-3117. También tienen Facebook “Chanchitos de barro Estrella del Sur” e Instagram, @alcancias.estrelladelsur.
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Tienen nueve tamaños de chachitos; eso sí, les advertimos que el más grande es como para que lo llenen en una empresa entre varios empleados, por ejemplo, porque en una familia se dura tamaño poco de tiempo. Explica Paola que al más grande se le pueden sacar, echándole solo monedas de 500 colones, unos 5 millones.