Las personas casadas viven hasta 17 años más que las personas solteras, pero estas son más felices.
Al menos eso dice un estudio que compartió la empresa Acierto, una compradora de seguros española. El estudio asegura que los casados viven entre ocho y 17 años más que los solteros.
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Esa diferencia de años se explica, entre otras muchas razones, por esto que menciona el estudio: "podría estar relacionado son los hábitos de vida de las personas sin pareja, ya que el consumo de alcohol y de drogas suele ser superior”.
Eso, por supuesto, no es una regla.
Amor de pareja
FUENTE: INEC. || J.C. / LA TEJA.
Además, dice el estudio, los solteros tienen un 28 % más de posibilidades de fallecer por una enfermedad cardiaca y 50 % más de padecer enfermedades como la demencia.
Y, ¿por qué será que los solteros son más felices?
El estudio sostiene que es por la autosuficiencia que da ese estado civil. Pueden invertir tiempo en deportes, por ejemplo, lo que ayuda con el ego y, además, tienen más facilidades para relacionarse con otras personas como compañeros de trabajo, la familia o los amigos.
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María Esther Flores, sicóloga familiar, comenta que las personas casadas, cuando enferman, tienen a alguien que las asiste con más prontitud y eso repercute en la salud. Claro, los conflictos propios de una pareja influyen en la felicidad, algo de lo que se libran los solteros.
“Evidentemente, el soltero por elección, el que no fue abandonado y tiene una red de apoyo fuerte como los padres o los amigos puede hacer lo que le da la gana en su casa y con su vida. Puede viajar, tener más relaciones con otras personas, gastar el dinero en lo que quiere. Claro que es más feliz”, afirma María Ester.
¿Y la depre?
El estudio agrega que la soltería producto de un divorcio reduce más la vida de quienes pasan por esa experiencia, sobre todo en hombres, pues algunos descuidan aspectos como la salud, la higiene y son más propensos a las depresiones.
Sin embargo, María Esther añade que los solteros por circunstancias (por una muerte o un divorcio, no por elección) sufren más cuando el vínculo que tenían con la pareja era afectivo y peor si era de mucha dependencia.
“Tienen la casa desordenada, no cocinan. Viven en esa soledad que se convierte en frustración, están solos y amargados porque su objetivo de estar apareados ya no se da”, dijo.
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También contó que, por supuesto, hay personas casadas que pueden ser muy felices y eso ocurre cuando la sexualidad es muy buena y la fidelidad da una gran sensación de felicidad.