Los ticos creen que la edad ideal para pensionarse es a los 60 años.
Así lo reveló la encuesta “Percepciones sobre las personas mayores en Costa Rica 2021″.
Alguien que piensa así e hizo todo para alcanzarlo fue el periodista Marcelo Castro, quien desde el 2012 se propuso que a los 60 años haría un alto en el ajetreado camino laboral en Telenoticias para dedicarse a disfrutar.
En nuestro país la edad para pensionarse está establecida en 65 años, pero cabía la posibilidad de anticiparla a los 59 años y 11 meses para las mujeres y a los 61 años y 11 meses para los hombres.
Sin embargo, con la reforma que anunció la Caja y que aún no ha entrado a regir, esa posibilidad se irá perdiendo por el incremento en el pago de pensiones por el envejecimiento de la población tica y porque no hay de dónde sacar la platica para cubrirlas.
A eso súmele que no todos los ticos somos como Marcelo Castro y la mayoría no piensan en planificar la jubilación, por lo que cuando llega la edad, la pensión no alcanza para todos los planes con los que uno sueña.
Otro factor que le permitió a Castro dejar de trabajar a los 60, fue que ya había sobrepasado las cuotas necesarias, dado que empezó a trabajar desde los 17 años.
“Irse a los 60 es ideal para mí, creo que el ser humano tiene derecho a disfrutar después de un periodo largo de trabajo y tener otro ritmo de vida. Por eso empecé a ahorrar una pensión complementaria desde siete años antes”, explicó el experimentado periodista.
Si bien ha seguido haciendo algunos trabajos, estaba preparado para retirarse sin necesidad de bretear a full.
“Una vez un señor me dijo, ‘si usted gana diez y guarda cuatro, ya sabe que para el futuro va poder tener mayor calidad de vida y va a poder darse los gustos que le gustaría y que se los merece’ y le tomé la palabra porque es cierto”, contó don Marcelo.
Para Castro, los ticos creen que los 60 es la edad ideal para pensionarse porque se está con mucha energía y mucha salud si uno se ha cuidado.
Así pensamos muchos ticos, pero ¿qué dicen los expertos? Rebeca Espinoza, máster en perspectiva de género de los derechos humanos e investigadora del Programa Envejecimiento: cambios poblacionales y retos sociales, dice que eso es muy relativo.
“Eso está muy relacionado a lo que piense cada persona, lo que sienta, porque cada uno sabe cuánto tiempo más considera que puede continuar trabajando o quisiera seguir haciéndolo”, explicó Espinoza.
El médico geriatra, Fernando Morales nos explica que lo que debe preguntarse la gente es ¿para qué se van a jubilar?
“Muchos quieren irse a los 55 a disfrutar la vida y ojalá con un platal de pensión, pero ¿cómo van a hacerlo? Todos nos damos cuenta que cada vez rinde menos la plata. Y la gente quiere hasta dedicarse a viajar a países exóticos. ¿Quién no lo va a querer? Pero no se puede por diversas razones”, respondió Morales.
A través de su larga vida profesional, el médico ha visto mucha gente que dice que va a hacer todo lo que no ha podido y al pensionarse no hacen nada y entran en depresión porque no tienen un proyecto de vida.
Por la alta expectativa de vida de los ticos, mayor a 80 años, piensan que 20 años para hacer lo que sienten que no pudieron hacer por el trabajo, son suficientes. Sin embargo, mucho dependerá de cuánto se haya cuidado previamente y preparado para ello.
“La persona tiene que mantenerse activa, evitar excesos de alcohol, tabaco y hasta de medicamentos innecesarios. Comer saludablemente, administrarse la salud con autocuidado, eso le permitirá ganarse una década de vida. Caminar, bailar, o nadar, lo que le guste, hacerlo varios días a la semana. Cultive plantas y hortalizas si tiene cómo, lea o escriba si le gusta”, recomendó el doctor Morales.
Bien aprovechada
La Teja conversó con Ana Monestel, quien se pensionó hace cinco años, cuando tenía 59 y 11 meses.
Doña Anita nos contó que está feliz de la vida con su nueva etapa y que la capacitación que recibió en la empresa, los tres años previos a pensionarse, le ayudó montones.
“Me explicaron el montón de cosas que podía hacer al pensionarme. Me mostraron qué hacer con ese tiempo libre para no dedicarme solo a ver televisión, ponerme irritable porque estorbo en la casa o me agarren para cuidar a los nietos”, dijo contó.
Gracias a esos consejos se replanteó un montón de cosas y un mes después de pensionarse dejó la capital y se fue a vivir a Tilarán, Guanacaste.
Se puso una microempresa de venta de pulseras con la que no le fue muy bien, pero lejos de agüevarse, dejó la mala experiencia atrás y echó pa’ lante.
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Voluntariado
Ahora participa como voluntaria y ha dado capacitaciones de reciclaje y para hacer tarjetas de Navidad con materiales desechables.
También se incorporó a la Junta de Salud de Tilarán para velar por los derechos de los asegurados de la comunidad, incentiva la lectura con la liberación de libros y se metió a un proyecto para la limpieza del agua de las quebradas mediante unas bolas de barro.
Le encanta la fotografía y aprovecha para pegarse una escapadita cada vez que puede y captar los detalles curiosos que observa a su paso. También les echa la mano a las microempresarias tomando fotos de sus productos para que se promocionen.
Además, aprendió a bordar y a hacer sus propias creaciones en su ropa y el curso más reciente que llevó fue el de origami (hacer figuras de papel).
“Lo siento como una terapia y pienso que sí hay cosas que hacer para los jubilados y diría que sí se puede jubilar uno un toquecito antes, mucho mejor, pero a esa edad (60 años), creo que le he sacado muchas cosas positivas”, apuntó Anita.
Derecho a elegir
Andrea Monge, trabajadora social y gestora del programa de incidencia y vigilancia de derechos de Ageco, tanto el trabajo como la jubilación son un derecho de las personas mayores, entonces cada persona mantiene su autonomía para decidir si quiere, si puede, o si debe seguir breteando.
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“Si quiere hacerlo, si puede hacerlo por sus condiciones físicas o si tiene que hacerlo porque su condición de pobreza se lo demanda porque, si no lo hace, no puede alcanzar las condiciones básicas para vivir de forma digna”, amplió Monge.
La gerontóloga Noelia Alfaro asegura que es fundamental que las personas se preparen y planifiquen su jubilación con tiempo y que aprendan a percibirla como una oportunidad para hacer cosas nuevas.
“La persona jubilada dispone de tiempo, una de las claves es que lo utilicen o inviertan en actividades que le permitan desarrollar su potencial. Se puede incentivar la participación social en diferentes áreas, fortalecer las redes de apoyo social, realizar actividades de ocio, de recreación, educativas, de ejercicio físico, entre otras”, comentó Alfaro.