Las elecciones municipales de este 2 de febrero fueron como una plaga para los partidos Restauración Nacional y Nueva República.
Ambos se fueron en blanco y en el caso de Nueva República, fundado por el periodista Fabricio Alvarado, de nada le valió presentar 76 candidatos en los 82 cantones.
Para muchos llama la atención el pésimo resultado, sobre todo tomando en cuenta que Alvarado obligó a una segunda ronda electoral en el 2018, cuando estaba en Restauración Nacional; sin embargo, para el politólogo Sergio Araya los números no son tan sorpresivos.
“La elección municipal debe entenderse y manejarse distinto a las nacionales, porque depende mucho de la agenda de cada cantón, el liderazgo comunal de los candidatos y la maquinaria electoral que posea para llevar a los votantes a las urnas, en especial en las zonas rurales”, explica Araya.
A los ojos del experto fueron cuatro los pecados que cometió Nueva República de cara a las elecciones municipales.
- Fabricitis. “Se centraron mucho en resaltar la figura de su excandidato presidencial y no en cada uno de sus representantes por cantón. Además abordaron temáticas de interés nacional y no cantonales”, dice el politólogo.
- Confundieron agua con vino. "Queda claro que no hay que confundir la facilidad de montar un partido político en corto plazo (con Nueva República lo hicieron en 8 meses), con lo que se requiere para competir realmente.
- Como Caín y Abel. “Si comparamos las elecciones con un partido de fútbol, ambos equipos están en igualdad de condiciones, pero cada uno tiene sus metas distintas. Uno puede querer disputar el liderato, otro clasificar de cuarto y otros no descender. Nueva República tenía su propia lucha con Restauración Nacional para demostrarle que ellos tenían mayor capacidad de arrastre, sin embargo, aún no se puede hablar de que exista un voto confesional en Costa Rica. El que usted tenga una religión, no le garantiza que usted vaya a votar por esos partidos”, indicó Araya.
- Ganas no hacen milagros. Se notó que a Nueva República le faltó organización el día de las elecciones, que no había suficientes carros para movilizar a los votantes y eso es crucial en las elecciones cantonales.
Las enseñanzas
Aparte de las lecciones que le dejó sus primeras cantonales a Nueva República, las elecciones municipales de este domingo dejaron otras enseñanzas generales, explicó Araya
La principal, y más clara, es que son muy diferentes unas cantonales que unas elecciones nacionales.
En el primer caso son 82 realidades distintas. Por eso lo peor que se puede hacer es armar una estrategia nacional en vez de una específica que se ajuste a cada necesidad local.
Araya dice que un pecado generalizado es suponer que los resultados de una elección nacional se van a reflejar en una municipal. En Nueva República, nacido de la costilla de Restauración Nacional, creyeron que sí.
El caso del PLN es claro.
“Liberación Nacional sigue siendo la fuerza con mayor peso electoral, cuenta con la logística y la maquinaria que los demás no tienen. Cuenta con el voto duro que, si bien se ha disminuido (pasaron de 50 a 41 alcaldías), es muy significativo en cantones como San José, donde pese al alto abstencionismo, Johnny Araya sigue ganando.
"Pero fue muy distinto en las elecciones nacionales del 2014, cuando le dieron una paliza a su candidato (Araya) y en las del 2018, cuando por primera vez los verdiblancos no estuvieron ni en el primero o segundo lugares de las votaciones”, amplió el politólogo.
Si bien el PLN pierde fuerza en algunos cantones, ganan candidatos que pertenecían a Liberación y se llevaron a sus votantes con ellos, como el caso del alcalde de Turrubares con Giovanni Madrigal, del partido Comunal Unido.
En cuanto a los partidos cantonales hay dos grupos: los que se han construido y fortalecido con el tiempo, como Curridabat Siglo XXI, que de nuevo alcanzó la alcaldía pese a que ya no está su principal figura, Edgar Mora.
Y están los otros, que aprovechan montar un partido para lograr objetivos individuales porque necesitan una estructura que los lleve al poder, por ejemplo Nandayure progresa, Recuperando Valores, Auténtico Limonense o Alianza por San José, que resultó ser flor de un día
El abstencionismo en estas elecciones sigue siendo alto si se compara con las presidenciales aunque ha bajado. En las del 2002 fue de un 77%, y en las del 2020 ronda el 62%.