Los vaporizadores cada vez suman más enemigos.
Esta vez es el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) el que se unió a la alerta emitida por el Ministerio de Salud en contra del uso de vaporizadores y cigarros electrónicos, los cuales se relacionan con el brote de un síndrome pulmonar que ha provocado 37 muertes en los Estados Unidos.
Actualmente la Organización Mundial de la Salud no ha avalado estos productos como una terapia alternativa para abandonar la dependencia a la nicotina, ya que no existen datos relevantes de la industria del tabaco que demuestren, científicamente, que pueden ayudar a abandonar el consumo.
Al contrario, el IAFA sostiene que existe evidencia de que quienes fuman cigarrillos electrónicos terminan haciendo un consumo doble de estos y de cigarrillos tradicionales.
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En los últimos años ha sido un boom el uso de los vaporizadores y cigarrillos electrónicos, lo que se convierte en una situación preocupante para el sector salud.
Según la Encuesta Mundial sobre Consumo de Tabaco en Adultos (GATS) aplicada en el año 2015 por el Ministerio de Salud, se demostró que un 1.6% de los consumidores de productos de tabaco utilizaba estos productos, sin embargo, cuatro años después los niveles de consumo aumentaron de forma importante, en especial en población adolescente y joven.
Según Teresita Arrieta, trabajadora social de IAFA, diversos estudios han comprobado que estos productos tienen una cantidad importante de metales pesados como el níquel, estaño, plomo, compuestos orgánicos volátiles y otras sustancias como propileglicol, glicerina vegetal y saborizantes artificiales, que producen daño a la salud, principalmente en la boca y las vías respiratorias.
También estos productos son generadores de otra una gran cantidad de enfermedades cardiovasculares y cancerígenas, además del riesgo de que el aparato le explote a la persona.