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Las terciopelos se acercan a San José

Expertos le dan recomendaciones para prevenir y tratar las mordeduras de serpientes

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Infografía sobre qué hacer en caso de mordeduras de serpientes. (Infografía La Teja)

La mordedura de una serpiente terciopelo en su brazo izquierdo marcó para siempre la vida de Luz María Méndez Jiménez, vecina de Vuelta del Sapo de Palmar Norte de Osa, zona sur.

Todo ocurrió el 23 de agosto del año 2013, cuando la señora estaba tendiendo ropa en el patio.

“No recuerdo nada de lo que me pasó o cómo ocurrió, lo único que recuerdo es que estaba en la casa. Me cuentan que Gerardo, un hermano mío, pasó por mi casa como a las nueve de la mañana y me llamó, pero no contesté, entonces me dejó un pan en la entrada. Otro hermano mío, Óscar, pasó cerca de mi casa como a las once de la mañana y escuchó como unos quejidos.

Luz María Méndez perdió su brazo izquierdo debido a la mordedura de una serpiente terciopelo. ( Alfonso Quesada)

"Entonces ellos comenzaron a preocuparse a eso de las dos de la tarde y fueron a buscarme porque vieron que el pan todavía estaba en la entrada de la casa. Al entrar me encontraron tirada en un trillo de piedras bajo el aguacero, yo estaba morada y tenía el brazo izquierdo hinchado y muy rojo, supusieron que una culebra me había mordido. Mientras llegaba la ambulancia ellos buscaron alrededor y a escasos metros encontraron una serpiente terciopelo como de un metro de largo y la mataron”, contó esta ama de casa.

Danilo Chacón, técnico especializado del Instituto Clodomiro Picado, muestra una coral. (Shirley Sandí)

Doña Luz estuvo ocho días inconsciente en el hospital y conectada a máquinas. Despertó al noveno día.

“Cuando desperté no sabía qué me habían amputado el brazo izquierdo, cuando me enteré lloré desconsoladamente y le reclamé a Dios porque me había abandonado, no aceptaba la realidad”, aseguró.

Durante dos meses, la señora no podía superar lo que estaba viviendo, fue gracias al apoyo de su familia que logró recuperarse “y pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido”.

“Sin Él no estaría hoy aquí, aunque no tengo mi brazo izquierdo hoy tengo salud y puedo hacer todas las actividades que realiza cualquier mujer”, asegura.

Terciopelos se acercan a Chepe

La historia de esta ama de casa puede repetirse en cualquier lugar del país, incluso en San José.

Decimos esto porque el Cuerpo de Bomberos informó que durante el 2018 se atendieron un promedio de entre 9 y 12 incidentes con serpientes por día, representando el 81% de todas las salidas por ataques o amenazas de animales que atendieron. Aunque el 95% corresponde a culebras no venenosas, cada vez las venenosas se acercan más al área metropolitana.

Danilo Chacón, técnico especializado del Instituto Clodomiro Picado, de la Universidad de Costa Rica, explicó que a ellos les reportan entre 500 y 600 accidentes por año por mordeduras de serpientes.

El Instituto Clodomiro Picado ha destacado por incentivar acciones globales contra el envenenamiento por mordeduras de serpientes.

“La serpiente venenosa que más produce accidentes es la terciopelo, que está muy relacionada a charrales y se ha adaptado muy bien a las zonas alteradas por el hombre, donde encuentran posibilidad de comida. Ya se han visto en Ciudad Colón y La Garita de Alajuela, donde antes se veían muy poco. No hay una barrera física que les impida llegar a San José”, indicó Chacón.

En Costa Rica existen 139 especies de serpientes y 22 son venenosas.

Las venenosas se dividen en dos familias. Una es la “elapidae” que son serpientes marinas y las corales (las de colores y anillos rojo, amarillo, negro, amarillo y rojo).

“La coral es pequeña y delgada, de menos de un metro de largo. Está muy distribuida en el casco urbano y la mayoría de accidentes ocurren con niños, pues aparecen en patios o jardines. La mordedura ocurre en manos y pies. Su veneno ataca el cerebro, a la persona después de varias horas se le caen los párpados y le cuesta articular la lengua. Si la persona no recibe el tratamiento oportuno muere por asfixia”, comentó el experto.

Otros síntomas son mucha salivación, visión doble o borrosa y dificultad para respirar.

Las sin cejas cada vez se acercan más a las ciudades.

La segunda familia de venenosas se llama “viperidae” y la componen cascabeles, terciopelos, bocaracás, loras, matabuey y otras, que son más grandes y producen más incidentes.

“El veneno de estas serpientes destruye el tejido de la persona o animal atacado. Los efectos de la mordedura aparecen a los diez y quince minutos, producen inflamación y pequeñas bolsitas de agua cerca de la herida. El dolor es persistente y al paso de cinco o seis horas el veneno está en todo el sistema, la sangre no coagula y empiezan las hemorragias en encías y orina”, indicó Chacón.

Consejo de oro

“El consejo de oro es que, ante cualquier mordedura de serpiente, acuda de inmediato al centro médico. Para muchas personas es difícil saber si se trata de una serpiente venenosa o no, los colores y las rayas son similares. Además, en el caso de las corales, los efectos pueden aparecer incluso horas después”, advirtió Chacón.

Y si se topa una sincejas, los expertos le dicen qué debe hacer.

“Recordemos que las serpientes no buscan morder, si lo hacen es un accidente, cuando alguien se les para encima y ellas reaccionan. A ellas no les interesa morder por gusto, no somos ni su alimento ni su pareja. Si se topa una, la recomendación es dejarla quieta, no molestarla y mantenerse alejado en un radio de 2 o 3 metros”, indicó Chacón.

Los bomberos atienden un promedio de 9 a 12 incidentes con serpientes al día. Esta culebrota de 15 kilos fue capturada en San Antonio de Belén en el 2017. Foto: Bomberos Costa Rica (Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica)

En Bomberos aseguraron que cuando inician las lluvias es más común observarlas dentro de las casas, no obstante, también se están presentando incidentes de culebras en cautiverio que se escapan.

Las serpientes pueden entrar en las viviendas para cazar roedores, en busca de comida o de calor. Suelen ser discretas y permanecer enroscadas en una esquina o en una cama. También buscan acomodarse entre las paredes, cerca del motor de la refrigeradora o de los carros.

Los expertos recomiendan no matarlas, pues cumplen un papel importante en la naturaleza ayudando a controlar especies que son plagas como roedores. Las no venenosas también son importantes para controlar a las venenosas, pues compiten por la misma comida.

Colaboró: Alfonso Quesada, corresponsal. Con información de AFP.

José María Gutiérrez es unos de los investigadores que crean sueros contra las mordeduras de serpientes en el Instituto Clodomiro Picado.
Antídoto a África
El Instituto Clodomiro Picado produce por año unas 110 mil botellitas de antiveneno de 10 mililitros. Un 60% de estos sueros se usan en Costa Rica, Centroamérica, Colombia, Perú y Ecuador. Un 40% va a África (Nigeria, Costa de Marfil y se piensa en Suazilandia y Sudáfrica).
Si tiene alguna consulta sobre serpientes puede hacerla al Facebook Instituto Clodomiro Picado o en la página www.icp.ucr.ac.cr
También al teléfono 2511-7888

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