A Victoria González le cambió la vida el 30 de mayo del 2020 cuando vio por primera vez el lanzamiento de una misión espacial de la NASA.
Antes de eso su vida giraba en torno al ballet, ya que es algo que le encanta, pero ahora su atención está puesta en una meta distinta: quiere ser astronauta.
Ya en el 2018 había sentido cierta atracción por las estrellas, pero fue hasta que vio el trabajo tan coordinado e interesante que hicieron en la NASA para el lanzamiento de la cápsula Crew Dragon hacia la Estación Espacial Internacional, que supo que ella quería un día estar ahí.
“Ese lanzamiento estaba programado en realidad para el 27 de mayo del 2020, yo estaba en mi casa y mi hermano me dijo que iban a lanzar algo al espacio y yo lo busqué en el tele para ver que era. Ese día hubo problemas con el clima así que tuvieron que pasarlo para el sábado siguiente.
“Ese 30 de mayo me levanté y a las 9 de la mañana puse la trasmisión y estuve seis horas pegada a la pantalla, no podía creer lo que veía, todo ese trabajo me pareció algo tan hermoso que hasta casi que obligué a mi mamá a poner el lanzamiento en la tienda de ella porque yo quería que todos vieran eso que yo estaba viendo”.
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Fiebre se quedó
La adolescente dice que después de ese día empezó a buscar información sobre la NASA y los astronautas y no hacía más que hablar en su casa sobre el tema. Ella dice que en un principio su familia pensó que pronto se le iba a pasar la intensidad, pero no fue así.
“Mientras estaba entrando en toda esa fiebre me di cuenta de que cuando mi mamá era una niña también sentía atracción por el espacio, incluso estuvo mandando cartas a la NASA y una vez le contestaron y le enviaron unas fotos increíbles. Eso lo tenía guardado mi abuelita y luché porque me dieran esas fotos, ahora son mías.
“Poco a poco me he ido adentrando más en ese mundo del espacio, tanto así que busqué información sobre unos campamentos espaciales que van a hacer en el 2022 y el 2023 y ya tengo un campo reservado en el primero”, contó orgullosa.
Victoria dice que los campamentos salen caritos, aunque prefirió no decir exactamente en cuánto. Asegura que está tan motivada con el sueño de ir al espacio que quiere pagarse ella misma los gastos porque quiere saborear su propio esfuerzo.
La jovencita decidió emprender, estuvo analizando varias opciones, entre ellas galletas, pero nada la terminaba de convencer hasta que encontró un proyecto muy prometedor. Fue una amiga de la familia la que le enseñó unos brazaletes y le gustaron tanto que se pusieron en contacto con la creadora, una diseñadora venezolana que tiene su empresa en Estados Unidos.
Gran empujón
La artista venezolana Karina Heredia quiso apoyarla en su sueño y le cedió los derechos para vender los brazaletes especiales. Así es como poco a poco Victoria va sumando platica para cumplir su meta.
“Hicimos el contacto y le contamos mi sueño a Karina. Ella se sintió muy identificada y desde el principio nos ha apoyado mucho, tanto que normalmente quienes venden los brazaletes deben de pagar una cantidad por ellos, pero a mí me envió los primeros 30 con la opción de pagárselos en un mes”, contó.
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Así fue como nació Victoria Braceletes, que distribuye de manera exclusiva para Costa Rica los brazaletes elaborados por la diseñadora venezolana. Son hechos con hilo antibacteriano y el eslabón fue elaborado únicamente para cada pieza. Están disponibles en tres colores: rojo, negro y gris; además son unisex y ajustables a cualquier tamaño de muñeca.
Cada brazalete tiene un costo de ¢15.000 y se pueden adquirir por medio del Facebook Victoria Bracelets y también en las tiendas Scott Reference Center.
“El primer pedido se vendió muy rápido y eso me da mucha ilusión, yo quiero que este proyecto me ayude no solo para ir a los campamentos, sino para ahorrar y tener cómo irme a vivir a Estados Unidos y así cumplir mi sueño de ser astronauta.
“Mi familia me apoya y eso es lo que me impulsa, siempre hay personas negativas que no creen que uno pueda conseguir lo que se propone, pero a esas no les hago caso”, aseguró la valiente jovencita.
Hace un mes Victoria tuvo la oportunidad de conversar virtualmente con la tica Sandra Cauffman, una ingeniera eléctrica que trabaja en la NASA y dice que para ella fue un sueño hecho realidad el conocer a una de sus heroínas.