Un ladrón se metió a la capilla de barrio La Guaria, en Santa Cecilia de San Rafael Arriba de Desamparados, y profanó lo más sagrado que tienen los fieles católicos: el Santísimo.
A raíz de la lamentable situación, la capilla fue desocupada y cerrada durante varios días hasta que se llevó a cabo un rito especial que tiene estipulado la iglesia Católica para limpiar el lugar del terrible acto de maldad que lo ensució.
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El cura que tiene a cargo la parroquia San Rafael Arcángel, Oldemar Ruiz, contó que la profanación se dio entre el lunes y martes de la semana pasada y fue una fiel la que se percató de lo ocurrido.
“Una señora llegó a darles café a unos muchachos que estaban en la capilla pintando unas bancas, ellos no se habían dado cuenta. La mujer se acercó al sagrario para saludar a Nuestro Señor y no notó nada extraño porque la persona que lo abrió, lo dejó casi cerrado; sin embargo, sí vio que faltaba la planta de sonido y revisando más a fondo observó que había unas tijeras sobre el altar, al parecer fue lo que usaron para abrirlo.
“Solamente se robaron el equipo de sonido y profanaron el Santísimo, se llevaron la disposición que es una pieza en la que se guarda la hostia grande que se expone en la hora santa, esa hostia no apareció. Por el hecho de que abrieron el sagrario ya hay una profanación y se hace necesario un rito de restauración”, explicó el sacerdote.
Capilla cerrada
Desde ese momento, la capilla se cerró mientras se programaba este rito, el cual se llevó a cabo este sábado 26 de agosto a las 4 de la tarde.
Daniel Amador, sacristán de la parroquia, explicó que la ceremonia consiste en una misa con unas oraciones especiales.
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“El rito consiste en hacer un acto de desagravio, un rito penitencial pidiendo perdón por lo que sucedió ahí por medio del sacrilegio. La misa se inicia en la puerta con unos salmos penitenciales, se rocía todo el templo con agua bendita para sanar el ambiente y ya después continúa la misa normal”, explicó Daniel.
Hay que tomar en cuenta que durante la primera parte de la eucaristía el sagrario está vacío, es hasta después de la consagración y de que se da la comunión a los fieles, que se vuelve a colocar el santísimo ahí, ya cuando retornó la paz a la capilla y se dio la restauración del lugar santo.
“La ceremonia se llevó a cabo con los feligreses que quisieron asistir para que ellos fueran testigos del acto como parte importante de la iglesia Católica, ya que la comunidad se dio cuenta del robo y todo lo que pasó. Para hacer este rito es necesario contar con el permiso del obispo, en este caso, monseñor José Rafael Quirós le dio el aval al padre Oldemar para que lo llevara a cabo”, agregó el sacristán.
El padre Oldemar contó que este sábado, cuando llegó a la capilla, se sentía un ambiente frío y triste, incluso los feligreses estaban como desmotivados, pero al finalizar el rito ya había de nuevo paz y alegría en el ambiente.