Cuando Mariana Sandoval sube a tarima es puro movimiento y sabor, quienes acuden a su clase de zumba sudan como tacacos en olla de carne.
Mariana mueve sus brazos al ritmo de la coreografía y cuando vienen los pasos que involucran las piernas, ella los explica al tiempo de la música y señala las piernas de sus ayudantes, quienes están a los lados, y ellos son los que muestran lo que se debe hacer.
Así es como esta vecina de Barrio México imparte clases de zumba estando en silla de ruedas. Ella es una de los tres instructores con su condición en Latinoamérica que logró una certificación por parte de Zumba Intructor Network ZIN.
Mariana, de 29 años, nació con una enfermedad llamada espina bífida, la cual hizo que desde bebé no tuviera movilidad ni sensibilidad en las piernas.
Pero desde hace dos años y medio se comenzó a involucrar en este mundo del zumba, el cual le gustó tanto que la envolvió.
Sandoval reconoce que algunas coreografías son complicadas, pero eso no es impedimento para las personas que quieran hacer la clase. “Si no puede seguir el ritmo, tranquilos, hágalo a su manera, la clave es pasarla bien y hacer ejercicio”, señaló.
Lucha contra barreras
La instructora reconoce que cuando llega a un lugar donde no la conocen, la gente se asombra. Unos le dicen “¡qué campeona!” y se muestran muy amables, pero también ha lidiado con comentarios como: “¿Usted realmente se certificó?”.
Ella logró sacar la certificación hace tres meses en un proceso que implica pasar varias pruebas a cargo de entrenadores internacionales, sin embargo, las puertas para mostrar lo buena que es no se han abierto del todo. En ese tiempo solo ha logrado dar tres clases.
“Esta situación viene a mostrar lo que hemos venido tratando de calar en la sociedad costarricense, la discapacidad no la tiene la persona sino el contexto, Mariana logró vencer muchas barreras para formarse, pero ahora enfrenta las barreras de las oportunidades, de igualdad de condiciones. La sociedad debe cambiar”, aseguró Lisbeth Barrantes, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad.
En Costa Rica hay 450.000 personas con discapacidad, y de ellos el 63,7% (286.650) no tienen trabajo, lo que afecta más a mujeres y jóvenes.
No echa pa’ trás
Esta josefina sacó la certificación B1, con la que se aprenden pasos básicos de salsa, merengue, reguetón y cumbia colombiana. Desde ya piensa seguir con las certificaciones sobre señalización para dirigir una clase y otra de especialización en adultos mayores.
Mario Cambronero es un instructor que sirvió de asistente a Mariana en una actividad en Barva de Heredia y da fe que es buena en lo que hace.
Con todas las de ley
Vivian Céspedes es la encargada de mercadeo de Zumba Fitness Costa Rica, y corroboró que Mariana se acreditó con la ZES Karine Opasinski, especialista canadiense. Agregó que por tener una condición especial tuvo ciertas adecuaciones en la prueba, como un lugar especial y condiciones distintas en los ejercicios de las piernas, pero las exigencias fueron las mismas.
Para saber si un instructor está acreditado, se debe ingresar a www.zumba.com buscar la pestaña de instructores, marcar en el mapa Costa Rica, poner el nombre del instructor y ahí aparecerá toda la información.