Los católicos tuvieron un domingo realmente especial ya que luego de dos años volvieron las procesiones y con ellas el brillo de la Semana Santa.
En todas las parroquias del país, los fieles se reunieron y con palmas en las manos recordaron la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Los feligreses estaban muy emocionados ya que aseguran que vivir en comunidad las procesiones aumenta la fe y los hace sentir mucho más los días de la Semana Mayor.
LEA MÁS: Domingo de Ramos casi se queda sin la palma bendita de Coto Brus
“Siente uno mucha alegría porque estos actos hacen que aumente nuestra fe. El estar todos reunidos nos hace ser humildes y vivir en comunidad como nos lo pide el Señor, me siento feliz”, comentó Nidia López, quien es vecina de Aserrí y este domingo participó de la procesión del Domingo de Ramos de la parroquia San Luis de Tolosa, que salió a las 9 a.m. de la capilla del barrio Corazón de Jesús.
“Los últimos dos años tuve que ver las actividades de Semana Santa por televisión, pero no era igual, así que este año, cuando escuché que ya se iban a retomar las procesiones, sentí una gran alegría. Es una belleza ver a la comunidad reunida aquí, niños, jóvenes y adultos, aquí se manifiesta la fe”, agregó.
Bernardita Fonseca fue otra aserriceña que se apuntó a la procesión, ella lo hizo con un agradecimiento muy grande en el corazón porque hace un año estaba luchando contra el covid-19.
“Para mí fue la alegría más grande el saber que ya hoy íbamos a poder venir a la procesión después de dos años de no poder reunirnos de esta manera. Uno que ama todas estas expresiones de fe, se sentía que le hacía falta algo cuando no las tenía.
“Hace un año, para la Semana Santa, estuve con covid, fue una experiencia fuerte. El Viernes Santo hasta tuve que ir a la clínica porque me sentí bastante mal, pero bendito Dios aquí estoy, debemos ser muy agradecidos porque algunos logramos salir de eso, pero miles no y por eso es todavía más significativo estar aquí”, aseguró.
LEA MÁS: Hombre que interpreta a Jesús en las procesiones lo siente a su lado (videos)
Nada de paseos
Esmeralda Chinchilla, vecina de Las Mercedes de Aserrí, también asistió a la procesión que se extendió por unos 50 minutos.
“No acostumbro irme a pasear ni nada de eso, me gusta vivir los días santos, ir a misa y a todas las celebraciones, las disfruto mucho y me ayudan en mi relación con Dios.
“Muchas personas ya se acostumbraron a ver las misas por televisión o por Facebook, por esto de la pandemia, pero qué va, no hay como vivir las cosas en vivo, así llenan más”, aseguró la feligrés.
Caballo asustado
En la procesión que se dio en el centro parroquial de Paraíso, en Cartago, hubo un incidente que asustó a los monaguillos y a la gente, ya que unas personas reventaron bombetas sin pensar que podían asustar al caballo que llevaba la imagen de Jesús y el animal salió corriendo por el susto.
A su paso rozó a dos de los servidores del altar, pero por dicha no los golpeó. Unos hombres que llevaban las riendas del caballo lograron agarrarlo y tranquilizarlo antes de que botara la imagen. Por dicha la situación no pasó de un susto.
Sobre Muñeco
En la parroquia San Esteban Protomártir, en El Carmen de Cartago, la procesión arrancó a las 9:30 a.m. en el parque de la urbanización María del Carmen.
El sacerdote Carlos Piedra bendijo las palmas y luego se montó en un caballo llamado Muñeco, en el que encabezó la procesión hasta la parroquia.
“La comunidad ha estado esperando este momento debido al confinamiento, la misa solo se podía observar de forma virtual y se sentía un gran vacío porque son actividades muy arraigadas en las comunidades, ahora se puede volver a vivir la Semana Santa en sentido absoluto”, expresó el cura.
Héctor Calderón, vecino de esa comunidad, comentó que las procesiones son parte esencial en la vida de los católicos.
“Hoy es diferente porque se vive la fe, muchos vecinos se han encontrado después de dos años de no verse, se han abrazado, esto es muy importante para los católicos porque son promesas de fe. Los años anteriores para mí fueron muy tristes, hacía falta esto. La gente ha salido en masa a participar de esta actividad”.
LEA MÁS: El burrito Pepe debutará en las procesiones porque su mamá se pensionó
Esteban Maroto Guzmán, también vecino de la comunidad, dijo que sin duda alguna el volver a las calles de la comunidad y participar con alegría y emoción de estos actos de piedad popular, fortalece la fe del pueblo.
“El sentimiento es diferente al vivido los dos últimos años, la idea es que la gente se vuelque nuevamente a celebrar la Semana Mayor como se ha hecho tradicionalmente”.
Dianey Quirós participó junto a su mamá Élida García y dice que ambos extrañaron mucho estas tradiciones.
“Es muy bonito y conmovedor volver a participar de estas actividades después de estar tanto tiempo encerrados. Venir de manera presencial es retomar y vivir esos momentos bonitos de antes, mis papás me enseñaron a participar y vivir la Semana Santa. Hacía mucha falta, se sintió ese vacío”, aseguró.
LEA MÁS: ¿Cómo que pensionada? La burra Chepita sigue muy activa
Volver a calentar
El sacerdote Jorge González, vicario foráneo de Desamparados, dijo que el volver a celebrar la Semana Santa de forma tradicional es una oportunidad para que quienes se enfriaron en la fe retomen el camino.
“Dios nuevamente nos da esta oportunidad para acrecentar nuestra fe, fueron dos años en los que estuvimos privados de los eventos masivos. El volver a lo tradicional nos permite tener una vivencia mayor y también ayuda a las personas que se enfriaron en la fe durante este tiempo para que reflexionen y se reencuentren con el Señor.
El cura dijo también que el confinamiento hizo a muchas personas caer en una zona de confort porque se acostumbraron a ver la misa a través de una pantalla; sin embargo, ya es tiempo que los feligreses vuelvan a los templos,
“La fe se vive con puertas abiertas o cerradas, con procesiones o sin procesiones, pero el volver a la presencialidad es una nueva oportunidad que Dios nos regala para meditar sobre que vivimos en estos últimos dos años, no es cuestión de hacer borrón y cuenta nueva, hay muchas personas que murieron por la pandemia y ni siquiera pudieron ser despedidas por sus seres queridos por las circunstancias, muchas otras la pasaron muy mal por la enfermedad, el aislamiento fue muy duro y todo eso debe hacernos meditar y ser agradecidos con Dios porque pudimos superar todo eso”, manifestó el religioso.