Según el actual editor jefe actual de La Prensa de Nicaragua, Eduardo Enríquez, su periódico es: “un nicaragüense más exiliado en Costa Rica que demuestra con trabajo lo que podemos hacer los nicaragüenses cuando estamos en un suelo fértil, en una sociedad libre en donde se puede y nos permiten trabajar”.
La Prensa cumplió 98 años el pasado 2 de marzo y fue otro cumpleaños amargo, el tercero, ya que este fue en el exilio.
El medio de comunicación nicaragüense fue allanado y ocupado ilegalmente por la dictadura de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, el viernes 13 de agosto de 2021, quienes enviaron a un equipo de oficiales de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) a cumplir con su propósito.
A partir de aquel día todos sus periodistas tuvieron que exiliarse y buscar una nueva fórmula de hacer periodismo, de informar a su gente, tanto dentro como fuera del país.
Varios de esos periodistas exiliados están en Costa Rica, luchando todos los días por ofrecer las mejores informaciones para sus coterráneos exiliados aquí, en Centroamérica o en cualquier parte del mundo.
“Estoy extremadamente orgulloso de la madera con que los nicaragüenses demuestran, en Costa Rica, de qué están hechos, porque cada uno de los exiliados, al igual que La Prensa, hemos aprendido a desarrollarnos y a aportarle a esa sociedad que con brazos abiertos nos ha acogido.
“Les digo ánimo a los nicas. Nosotros ya vamos a llegar a nuestros cien años, tal y como les dijimos a Rosario Murillo, que no nos iba a destruir y que íbamos a llegar a cien años dijo Jaime Chamorro Cardenal, nuestro director, quien falleció quince días antes de que la dictadura allanara La Prensa, y que incluso vamos a llegar más allá, porque la dictadura no pudo ni podrá acallar y desterrar al periodismo independiente”, asegura don Eduardo.
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Transformarse y sobrevivir
Don Eduardo compara a cada luchador pinolero con la lucha diaria que ellos dan por informar, aprendiendo a transformarse y a sobrevivir en medio de todo tipo de adversidades, incluida la de reconocer con dolor que Nicaragua es el único país del mundo sin prensa escrita.
“Tras tres años de desafíos y adversidades, La Prensa ha decidido cambiar ese escenario. A pesar del acoso constante, la persecución y encarcelamiento de directivos y personal del Diario, el espíritu del periodismo en La Prensa ha prevalecido.
“En un acto de valentía sin precedentes, el periódico ha vuelto a publicar en territorio nicaragüense, incluso cuando todos sus periodistas se encuentran exiliados y sin ciudadanía”, explica con alegría el editor jefe.
Derecho a la información
“Este año, los periodistas, utilizando una embarcación costarricense con derecho de libre navegación en el río San Juan, territorio nicaragüense, han creado la edición conmemorativa de su 98 aniversario.
“A pesar de las dificultades, han logrado proporcionar información vital desde un país hambriento de noticias. Cientos de nicaragüenses, tanto dentro como fuera del país, han recuperado su derecho a la información, al imprimir esta edición histórica o compartirla a través de sus redes sociales”, anuncia con alegría el jefe editorial de La Prensa.
Don Eduardo les advierte, una vez más, a los esposos Ortega-Murillo que: “A pesar de que la dictadura logró detener la rotativa de La Prensa, no pudo detener el espíritu indomable del periodismo. La versión digital de esta edición histórica está disponible para descarga gratuita en la página oficial de La Prensa: www.laprensani.com
“La valentía y la resiliencia de La Prensa demuestran que, incluso en los momentos más oscuros, el periodismo puede prevalecer, llevando la verdad a aquellos que ansían información”, garantizó el jefe periodístico.
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Emociones
Don Eduardo asegura que la realidad actual de La Prensa, una exiliada más, confirma que “nos parecemos al nicaragüense exiliado porque sentimos sus emociones, alegrías, tristezas y retos. Tenemos periodistas trabajando en La Prensa desde Costa Rica, por eso celebramos los 98 años asegurando que cumpliremos cien y más”.
A pesar de que sí, reconoce que la actual etapa de exiliada para La Prensa es triste, al mismo tiempo le sirve al medio para demostrar la madera de la que están hechos todos sus periodistas.
“El hermano costarricense nos ha dado la oportunidad de crecer como personas y desarrollarnos económicamente en Costa Rica”, dice don Eduardo.
No niega Enríquez, que todo exiliado en Costa Rica, así como La Prensa sueña con volver a su patria y que la situación mejore, porque muchísimos tienen esa esperanza del regreso.
“Otros tomarán a Costa Rica como su patria adoptiva, algo que estará bien, porque eso refuerza aún más los lazos entre ambos países, que están unidos por una frontera y tienen muchísimas cosas en común”, sentenció.