La Organización de los Estados Americanos por fin pidió este martes a Nicaragua que libere sin condición alguna a las personas que fueron encarceladas durante las protestas contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
¿Les harán caso los dictadores? por supuesto que no, la OEA no tiene ni para amenazar con la vaina vacía.
Eso sí, ya era hora de que a menos diera señales de vida.
Veinte de las 34 naciones de la OEA piden que todos los prisioneros sean liberados para el 18 de junio, o sea dentro de un mes, como si el tiempo que han llevado encerrados en condiciones infrahumanas no ha sido suficiente.
Cientos de nicaragüenses que fueron detenidos debido a las manifestaciones callejeras que comenzaron en abril de 2018 continúan tras las rejas, entre ellos la periodista tica Lucía Pineda, capturada en diciembre y señalada como terrorista.
Oficialmente 325 personas han muerto (deben ser mucho más), heridas a por lo menos otras 2.000 y 52.000 abandonaron el país, la mayoría hacia este lado.
La tarde de ayer en sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA le entró al tema que ya lleva un año. A paso de tortuga es un piropo como trabaja esta gente, ya que el grupo de doce país formado para ver lo que sucede en el vecino país fue creado desde agosto del año pasado. Todavía falta por ver si Ortega les hace caso, lo cual estoy seguro que no ocurrirá, así de simple.
Para convocar a esa reunión destacaron “la preocupación por el deterioro de las instituciones democráticas y los derechos humanos en Nicaragua”. Dios guarde esos diplomáticos, entre los que está una tica, no estuvieran “preocupados” porque la reunión la convocarían cuando los bisnietos de Ortega estuvieran en el poder.