La niña Marielos es demasiado querida en su pueblo, San Isidro de Heredia, por eso, desde este sábado 30 de octubre, exalumnos y vecinos, comenzaron a celebrarle sus 100 años.
La comunidad entera se organizó para hacer una caravana cargada de alegría, pitos y globos, que anduvo por todas las calles de San Isidro.
El cariño es enorme porque la educadora fue fundamental en la educación de casi todos los vecinos que actualmente viven en el cantón florense.
“Estoy muy feliz por cumplir 100 años, también estoy sorprendida por haber llegado a tanta edad. Me alegra ver que tanto estudiante de aquellos años todavía me tienen cariño, siempre luché por ellos, por que tuvieran un gran futuro de la mano del estudio”, explica la niña.
María de los Ángeles Campos Villalobos es como se llama la niña Marielos. Nació en su casa, gracias a una partera, el 2 de noviembre de 1921.
Fue la hija 15 del matrimonio entre doña Ramona Villalobos Martínez y don Rafael Campos Vega, quienes tuvieron 16 hijos. Ama al Herediano tanto como al café, el cual hoy por hoy toma con pasión: le puede faltar el pan y hasta el gallo pinto, pero nunca un buen jarro de café chorreado.
“Realicé mis estudios primarios hasta quinto grado en la Escuela de San Isidro de Heredia y obtuve el sexto grado en la escuela Julia Lang de San José. Gané el bachillerato en Ciencias y Letras en el Liceo de Heredia en 1940 y en 1942 me gradué como Profesora de Enseñanza Primaria en la Escuela Normal.
“Inicié mi carrera como docente en 1943, específicamente en la Escuela José Martí de San Isidro de Heredia. Ahí me desempeñé como maestra por espacio de 8 años y, posteriormente, ascendí a la dirección del mencionado centro de enseñanza, cargo que ejercí por 26 años”, le dijo la niña a una de los tres sobrinos que crió, María de los Ángeles Campos Arce.
El doctor Rafael Ángel Calderón Guardia le otorgó carácter universitario a la Escuela Normal, por eso fue una de las primeras graduadas en Educación de la Universidad Nacional.
“Una de mis mayores preocupaciones durante ese período fue darle impulso a la actividad agrícola, lo cual hice dentro del marco del programa de Huertas Escolares que, para entonces, apenas comenzaba a funcionar.
“Apio, perejil, cebolla, mostaza, culantro, coliflor, lechuga y otros fueron parte de los productos que cultivamos. Recuerdo que en esa época la producción que obteníamos era tan alta que una parte servía para cubrir las necesidades del comedor escolar, y otra se vendía en el mercado de Heredia o entre los vecinos del cantón”, recordó orgullosa la niña Marielos.
Esta tejita es celebrada por exalumnos de todas las edades, porque apoyó la educación a cualquier edad, por eso abrió una Escuela de Adultos que funcionó sin cobrar un cinco.
Esta escuela estuvo por 5 años y algunos de sus estudiantes tuvieron la oportunidad hasta de realizar estudios en el extranjero, lo que para la época fue un logro muy importantísimo.
Siempre predicó con el ejemplo, por eso cuando en una ocasión compró bolas de fútbol para los chiquillos, ella también se apuntó a las mejengas y era una excelente portera. Luchó por ampliar la escuela y varias aulas de hoy día están gracias a sus gestiones.
Como el cumpleaños es el 2 de noviembre, la caravana es apenas el arranque, el próximo martes sigue la cumbia porque la niña Marielos apagará cien candelitas de un sabroso queque en medio de la alegría del Mariachi Juvenil Perla Florense y los brincoteos de la cimarrona La Domingueña.