Cuando José Figueres Ferrer gobernó al país entre 1970 y 1974, nació la idea de vender nuestro platillo tradicional, el gallo pinto, enlatado, de hecho, la idea fue el mismo don Pepe.
Tuvimos que pegarle una buena revolcada a los archivos y por fin ubicamos a los responsables de darle vida a aquella idea del expresidente, lo que no sabíamos es que el pintico en lata había sido todo un éxito y de no ser por la crisis de 1978, cuidado y sino se hubiese mantenido hasta hoy.
Logramos contactar a don Federico Hiegold, quien es hijo de Stewart Heigold Stuart, fundador de la empresa Tesoro del Mar, la cual nació en 1942 en Puntarenas y se dedicaba completamente a enlatar atún, fue la primera enlatadora de atún en América Latina.
“Mi papá le dio forma a una idea de don Pepe, quien llegaba varias veces al año a Puntarenas y pasaba por Tesoro del Mar. La idea de don Pepe era sacar un producto popular y de precio bien bajo, fue así como nació el primer gallo pinto con atún en latas de quinientos gramos, no me acuerdo cuánto costaba cada latica, pero sí tengo muy claro que lo que quería don Pepe era que fuese bien barato para que el pueblo lo pudiera comprar para la casa, el trabajo y hasta para llevar a paseos”, recordó don Federico.
¿Cómo le fue a ese primer gallo pinto con atún enlatado?
“Vieras que muy bien, a la gente le gustó mucho y se vendía muy bien, eso me confirma la familia. Mi papá fue quien puso a comer atún al país con Tesoro del Mar y también el que hizo que por primera vez se comiera pinto en lata”, explicó.
¿Por qué no siguió vendiéndose?
“Todo iba bien con las ventas, día con día aumentaba la demanda, lo que sucedió fue que llegó 1978 y comenzó el gobierno de Carazo (Rodrigo quien gobernó de 1978 a 1982), lo que provocó un aumento demasiado grande en el precio de los granos, eso disparó los costos del arroz y los frijoles, se hizo inmanejable económicamente hablando, mantener la esencia de lo que quería don Pepe, que eran precios bien bajos, por eso se sacó del mercado, no fue por ventas o que a la gente no le gustó, fue por una realidad nacional”, respondió don Federico.
Comentó don Federico que incluso el invento enlatado siguió durante el gobierno de don Daniel Oduber (1974-1978) porque el país se mantuvo estable en su realidad socieconómica y el precio de cada gallo pinto enlatado podía mantenerse bien bajo. “Ya nunca más se retomó la idea, pero quedó un recuerdo muy lindo porque la gente lo disfrutó”, aseguró.