No podemos olvidarnos de ser preventivos con la salud visual de nuestros hijos. Esta es una máxima que nos advierte la optometrista de Ópticas Münkel, Sheyla Thomas.
Un examen visual anual es importante para todos, incluyendo a los más pequeños de la casa, ya que nos puede ayudar a detectar a tiempo algún problema refractivo o enfermedad ocular, especialmente si hay antecedentes familiares con problemas de este tipo.
Existen varias enfermedades oculares que son silenciosas y solo se pueden diagnosticar mediante un examen ocular completo.
“Cuando son bebés el niño no manifestará o se quejara de que no ve bien, más aún si es una condición congénita.
“Por lo que es deber de los padres asegurarse de que su niño tenga una excelente calidad óptica. De no ser así, con forme pase el tiempo puede empeorar y tener efecto irreversibles en la vista del niño”, explica la especialista.
Cuando no se detectan estos males pueden generar ambliopia (ojo perezoso) por lo que el niño presentará dificultades para ver, normalmente de un ojo más que otro.
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De acuerdo a la optometrista, hay algunas alertas que nos indican que algo no anda bien con la vista de los pequeños: Cuando no tiene un contacto fijo cuando se le habla, frotarse los ojos constantemente, ojos llorosos o rojos, además, mucha sensibilidad a la luz e inclinar la cabeza de lado para ver.