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“La gente cree que un intersexual tiene pene y vagina, eso es un mito”

A Natasha Jiménez, de 52 años, no le molesta que la llamen hermafrodita, hasta vacila con eso

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Natasha asegura que sufrió muchos maltratos en su infancia y adolescencia. Fotografía José Cordero (Jose Cordero)

La letra "I" de intersexualidad es de las menos conocidas de la comunidad diversa.

La intersexualidad es una condición de algunos seres humanos que nacen con características de hombres y mujeres.

Natasha Jiménez, nuestra invitada, dice que es como ser rubio y pelirrojo al mismo tiempo.

Póngase cómodo, tómese un cafecito y lea su historia.

–¿Qué es un intersexual?

–Es un término sombrilla que abarca a las personas que han sido asignadas a un sexo, pero sus características sexuales no corresponden al de un hombre o una mujer estándar. Es un aspecto biológico, no es una cuestión de identidad de género, ni de orientación. No es asunto trans, de gais, de lesbianas o de heterosexuales.

–Intersexual es la persona que nace con algunas características biológicas que son consideradas femeninas y otras que son consideradas masculinas. ¿Está de acuerdo con esa definición?

–Puede haber personas intersex con características que pueden ser consideradas femeninas o masculinas o una combinación entre ambos.

–No entiendo por qué lo aclara, si allí quedó abarcado.

–Esa era la definición del término hermafrodita. La mayoría de personas piensan que los hermafroditas tienen las características femeninas y masculinas así tal cual usted lo dice. Los activistas posicionamos el término intersex porque es más amplio. Hay otras combinaciones de características femeninas y masculinas.

–¿Cómo se aborda la intersexualidad en Costa Rica?

–Se basa en el catálogo internacional de enfermedades, que tiene un capítulo que habla de anomalías sexuales. Allí hay al menos 40 variaciones de cuerpos intersex. No como el imaginario de la gente, que cree que una persona tiene pene y vagina, eso no existe, es un mito. Lo más cercano es tener tejidos ovárico y tejido testicular. Se llama ovotestes.

Ella da charlas en Costa Rica y fuera del país sobre la intersexualidad. Fotografía José Cordero (Jose Cordero)

–Pero la pornografía difunde eso como si nada.

–Exacto, qué dicha que usted lo dice. El porno se encarga de difundir el mito de que el hermafrodita tiene pene y vagina.

–Si está dentro del catálogo de enfermedades internacionales, entonces, ¿es una enfermedad?

–Se debe diferenciar entre tener una condición y tener una enfermedad.

–Supongo que una de la lucha de ustedes es sacar la intersexualidad de ese catálogo de enfermedades.

–Exacto, igual que a los homosexuales se lo quitaron como trastorno mental y con los trans, acaba de pasar.

Cruel maltrato

–¿Cómo ha sido su vida como intersex?

–Lo que me pasó a mi es la misma historia de muchos intersex en el mundo, el rechazo de la familia cercana.

Papá no lo toleraba e hizo actos duros conmigo en la niñez. Tuve una adolescencia dura. Mi pubertad fue temprana y mi cuerpo no correspondía al varón. Tanto he leído sobre mi tema que me considero médica, pero no le iba a andar contando mi condición a los vecinos, a los compañeros. Para ellos era un travesti más y tuve episodios de acoso y violencia. No se quedaban en insultos, eran golpes, maltrato, profes incluidos. Rechazo total.

A Natasha le gustaría enamorarse y tener pareja. Fotografía José Cordero (Jose Cordero)

–¿Cuál es su identidad de género?

–Mujer, la asumí desde la niñez y mi orientación sexual es heterosexual. No pasa con todos. Soy intersex y soy trans porque me asignaron el sexo con el que no me siento identificada.

–¿Es ofensivo para ustedes decirles hermafrodita?

- Es peyorativo para mucha gente, para otros la palabra se queda chiquita porque solo habla de personas de dos sexos.

–¿A usted le molesta?

- No. Lo elaboré, hasta bromeo y digo que soy gorda, travesti y hermafrodita. Mucha gente intersex retoma la palabra hermafrodita y le da un estatus político, como gay que al principio era un insulto para los homosexuales.

–¿Cómo le hubiera gustado a usted que la trataran desde el nacimiento?

–Que los médicos tuvieran más información al respecto y se la digan a los papás. A mí me separaron de mami porque tenían que hacer estudios. No se sabía mi condición y no dijeron nada. Ella fue por pura intuición. Tuvo mucho valor, no me inculcó que tenía que ser equis cosa. Me compraba legos, libros de pintar, cosas neutras. Decía que había algo rarito, pero sin información.

El expediente médico debe decir que este niño tiene tal condición y dejar que defina su personalidad con el tiempo.

–¿En algún lugar del mundo pasa así?

–El país más amigable con los intersex es Malta, que tiene una ley.

–¿Cómo es su relación con Dios?

–Ejercer la espiritualidad es un derecho que se le niega a las poblaciones diversas. Mi familia iba a una iglesia grande en Moravia y cuando crecí me llevaban a una escuela dominical con cultos de jóvenes. Como no era macho del todo recuerdo que un lunes me llamaron y me preguntaron, ‘¿ a qué viene a la iglesia?’. Dije que a buscar a Dios , y entonces dijeron que tenían miedo que llegara a seducirlos. ¡Por Dios!, era un adolescente, no entendí.

El miércoles llamaron a un cirujano plástico para examinarme. Abusó de mí. El domingo, el pastor se levantó en el culto y me dijo, ‘usted no puede venir a mi iglesia porque es un engendro de Satanás".

–Ufff y ¿qué pasó?

–Me vine caminando, llorando. Mami estaba en la casa y me apoyó. No volvimos a la iglesia. Es como si Dios lo eche a uno de su lado a través del pastor. Estamos peleados con la estructura de la iglesia, pero no con Dios.

–¿Cuántas personas como usted hay en Costa Rica?

–Según una tesis de un estudiante en el 2015, uno o dos por cada dos mil nacimientos. A nivel mundial, el dos por ciento de la población. Somos tantos como pelirrojos. El año pasado hicimos un Encuentro Latinoamericano y solo invité a dos de acá. Visibles somos poquitos. Llegaron 30 de toda América.

Solita

–¿Su condición le permite tener hijos?

- No. Otros intersex sí. Tengo órganos femeninos pero no funcionan, están atrofiados por decirlo de alguna manera.

–¿Has tenido pareja?

- Nunca.

–¿Eso la hace sentirse mal?

–Mucho, tengo 52 años. Uno lo desea. Existe esa noción del amor romántico, el de los cuentos de hadas. De tener una relación, de casarse. Me hace falta eso.

–¿Qué hace para ganarse la vida?

–Muchas cosas, soy diseñadora gráfica pero no ejerzo, solo para montar mi página web mulabilatino.org. Soy directora de la organización Mulabi que trata de estos temas. Doy asesorías internacionales, consultorías y capacitaciones sobre sexualidad, es lo que me mantiene. Y soy activista.

Esta es la bandera de los intersexuales. Fotografía José Cordero (Jose Cordero)
Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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