¿En verdad la felicidad depende de la cantidad de dinero que tengamos? Para responder esa pregunta no buscamos ni a sicólogos, ni sociólogos u otros profesionales, mejor nos fuimos directo para quienes lo han vivido en carne propia: tres personas que se pegaron la lotería.
¿Por qué ellos? Consideramos que una persona que de la noche a la mañana recibe un pocotón de millones de colones podría decirnos, realmente, los dos lados de la historia.
El tema surje porque la Escuela de Estadísticas de la Universidad de Costa Rica (UCR) publicó una noticia el 8 de enero, a raíz de una encuesta que realizaron a 1.179 personas, que se titula: “Para muchos ticos y ticas, la satisfacción en la vida está condicionada por el dinero”.
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La Teja no se quedó con el clavo y al primero que buscamos fue a Esteban Cordero, el joven chef de 31 años que les presentamos a mediados de agosto del año pasado porque se ganó 200 millones de colones en la lotería.
A Esteban le mandamos el enlace de la noticia de la UCR y sin pensarlo dos veces nos respondió con un rotundo: “sí”.
“En la encuesta se define al final que a mayor cantidad de ingresos, mayor calidad de vida. Desde mi experiencia y lo vivido puedo decir que sí, ¿por qué? Nos encontramos en unos tiempos complicados donde todo se ha vuelto caro.
“Son caros los servicios médicos, servicios de comida, servicios de entretenimiento, servicios básicos, entonces, al usted poder tener acceso a esos servicios, gracias al dinero, uno mejora la calidad de vida”, aclaró el chef, quien invirtió la gran mayoría de su premio en poner el restaurante Don Luis, en San Isidro de Heredia.
“Muchos podrían pensar que hay cosas muy superficiales como el entretenimiento, pero para muchas familias una salidita al cine o un paseíto a la playa les aumenta la calidad de vida, los vuelve más felices y eso, ya lo sabemos, significa personas más saludables.
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“La calidad de vida, generalmente, en los tiempos de hoy, por mi experiencia, sí va de la mano con los ingresos. Puedo asegurar que entre más dinero hay una mejor calidad de vida”, reconoce Esteban.
Sin mucho mate los resultados de la encuesta le dan la razón al chef: “Entre más dinero, mayores posibilidades para adquirir bienes, servicios, alimentación, diversión y, por lo tanto, una mayor calidad de vida”.
Más dinero, más felicidad
La UCR explica que la encuesta tocó un total de seis temas. En el primer módulo, vinculado con la felicidad, la encuesta mostró una relación directa entre el ingreso de las personas y la satisfacción con la vida.
“Las personas que declararon contar con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades reportaron niveles de satisfacción más altos, en comparación con aquellas en condiciones económicas más desfavorables.
“Asimismo, quienes señalaron que ‘les alcanza y pueden ahorrar’ calificaron su satisfacción general en 9 puntos, mientras que aquellos con mayores dificultades económicas dieron un promedio de 7,9″, aseguran los resultados de la encuesta.
A la segunda ganadora de la lotería con la que hablamos le diremos Olga Estrada, porque pidió que mejor le cambiáramos el nombre.
Es vecina de Liberia, tiene 60 años, se ganó 100 millones en la lotería y no trabajaba ni antes del premio, ni ahora.
“Cuando uno tiene muchas limitaciones económicas el estrés diario por pagar recibos es muy grande y te roba la felicidad.
“Ver a una hija sin casa me tenía muy preocupada a diario. El premio vino a quitarme mucho del estrés de mi vida y poco a poco me he ido dando cuenta que ahora sonrío más y disfruto más la vida”, aseguró esta ganadora.
El tercer afortunado, Luis Maroto, vecino de Alajuela, tenía deudas muy grandes, por lo cual a la quincena le quedaban libres menos de 30 mil colones, pero el año pasado se ganó 10 millones en la lotería y su panorama cambió bastante.
“Tengo que responder que sí a los resultados de la encuesta. En mi caso el estrés era a cada segundo. Tenía ya hasta decepción total de ir al trabajo, ¿para qué?, ¿para recibir el salario y pagar deudas? Ya no quería ni trabajar.
“Con el premio no logré pagar todas mis deudas, pero logré esto: pagué la deuda más grande y así una entidad financiera me ayudó a refundir las demás deudas y eso me permitió tener libres unos 150 mil colones por quincena… ¡mi vida cambió! Ahora sí, soy más feliz”, nos contó don Luis, quien es otro nombre cambiado por protección, pero un caso real.
Andrey Porras Salgado, uno de los tres estudiantes de Estadística de la UCR a cargo del primer tema, nos contó por qué surgió esta encuesta.
“Decidimos estudiar el tema de satisfacción con la vida porque Costa Rica tiene la reputación de ser uno de los países más felices del mundo. Entonces, queríamos explorar qué percibían las y los mismos costarricenses a lo interno.
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“Nos dimos cuenta que algunas personas, de manera muy subjetiva, sienten que no les alcanza para vivir y esto influye en su percepción de felicidad”, aclara Porras Salgado.