Con 53 años a cuestas, la fundación Escuela para todos es toda una institución de la educación no formal.
La edición de 2018 de este famoso y popular libro ya está a la venta y, una vez más, responde a las dudas de sus lectores sobre ciencia, cultura y muchos temas más. Cada librito vale ¢1.600.
“Astronomía, crónica de las leyendas de Centroamérica, el cancionero con las canciones típicas tradicionales de la región (una por país centroamericano), recetas, cuentos y pasatiempos”, es parte de lo que aparece en la nueva edición, así nos contó José Miguel Yglesias, director de Escuela para todos.
El año pasado, gracias a esa labor de educar, recibieron el mérito de ser "Memoria del Mundo", una distinción otorgada por la Unesco gracias a las 650 mil preguntas que sus lectores les han enviado y que ellos respondieron y conservan.
De hecho, las tienen clasificadas por temas. En los folios verdes están todas las preguntas sobre plantas, en los cafés las consultas de salud y el cuerpo humano. En los rojos están las de ciencias exactas, en los amarillos todo sobre historia y geografía. Los azules están llenos de preguntas deportivas, en los folios celestes manda la fe y los negros son del reino animal.
"Nuestro objetivo es poner al alcance de todos el conocimiento y responder las preguntas de quienes están interesados en aprender más", añadió Yglesias.
A la fecha, han publicado más de 20 millones de libros que han distribuido por toda Centroamérica.
Además de ese impresionante número de ediciones impresas, desde hace un par de años dieron el salto tecnológico y es posible adquirir el libro en una versión digital que es muy buscada por los lectores que viven en países lejanos y disfrutan de la publicación.
Si quiere más información sobre el libro y dónde adquirirlo puede llamar al número 2234-0520.
Esposos iniciaron proyecto
Esta idea educativa dio sus primeros pasos en 1964 en la radio, para 1966 se publicó el primer libro y almanaque. Desde entonces, a finales de octubre de todos los años, Escuela para todos sale a la vente en Costa Rica, pero también en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Belice.
Los papás de este gran proyecto fueron Manuela Tattenbach Yglesias, nieta del expresidente Rafael Yglesias (1894-1902), y su esposo el austriaco Roderich Thun.
Esa pareja vivió en Europa, pero luego de unos años deciden regresar a Costa Rica, vivían cerca del campo, donde se crió Tattenbach. El austriaco recibía la visita de los campesinos de la zona que no sabían leer y les daba clases, en esa época el 90% de la población era analfabeta. Eso los inspiró a iniciar esa labor educativa.