Doña Anabelle Molina González es ministra de la comunión en la catedral de Ciudad Quesada y este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, le tocó ir al barrio Lourdes, a eso del mediodía, a ponerle el signo de la ceniza en la cabeza a doña Marta Bolaños.
Esa señora no pudo asistir a la celebración, pero es una fiel católica que siempre que su salud se lo permite va a la iglesia, por eso la ministra, de 64 años, la visitó para, además de darle la comunión, ponerle la ceniza, un rito con el que se inicia la Cuaresma.
“Le doy gracias a Dios por permitirme dar este servicio tan grande. Las personas que no pueden asistir a misa no están excluidas de celebraciones importantes como el Miércoles de Ceniza. Son muchas las familias a las que visitamos en Ciudad Quesada. Yo, por ejemplo, este miércoles visité barrio San Antonio, Lourdes y Baltazar Quesada.
“Tengo como seis años de ser ministra de la comunión, antes era lectora. Colaboro mucho con la parroquia porque también canto en las misas, además, en una fundación que ayuda a personas con alguna discapacidad. Todo lo hago para la gloria de Dios”, comenta la ministra de la comunión.
Doña Marta se puso muy contenta con la llegada de doña Anabelle, porque recibir el cuerpo de Cristo y ser parte activa del inicio de la Cuaresma es algo que la motiva. Además, agradeció a la Iglesia por tener la iniciativa de visitarla en momentos en que ella no puede trasladarse al templo.
Este es solo un ejemplo de las muchas personas en todo el país que se dedicaron a visitar en sus casas a los creyentes que por algún motivo, sea la edad o una enfermedad, no pudieron ir a la misa del inicio del tiempo litúrgico que prepara a los católicos para la Semana Santa.
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Paz y fin de la pandemia
Pero entre los que sí pudieron asistir, nos encontramos a doña Vanessa Camacho Camacho, de 32 años, en la misa de las ocho de la mañana en la catedral de San José. Nos contó que pidió por la paz del mundo, por Ucrania y por el final de la pandemia.
“Alegra el cuerpo, el alma y el espíritu el poder recibir la ceniza en la cabeza. La misa estuvo muy bonita y me alegra venir, porque se vivieron momentos muy difíciles con la pandemia que nos encerró en las casas y cerró las iglesias”, comentó.
Conversamos también con doña Ana López, vecina de San Francisco de Dos Ríos, quien planificó muy bien su asistencia a esta importante eucaristía. “Deseaba mucho estar presente para pedir porque se acabe la guerra en el mundo y por el fin del covid-19.
“Este virus ha provocado mucho dolor y muerte, que lo diga yo que perdí a mi mamá hace cinco meses, pero no es solo el dolor personal, pude ver a muchas familias sufriendo por un ser amado, luchando por su vida debido al covid-19. Pedí con mucha fe para que ya se acabe”, nos dijo doña Ana.
En la misa de las once de la mañana, igual en la catedral josefina, monseñor José Rafael Quirós, arzobispo de San José, explicó qué es la cuaresma: “Cuarenta días de preparación para la fiesta de la Pascua. Es la época perfecta para arrepentirnos de nuestros pecados y poder cambiar para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo”.
Además, los nueve obispos de la Conferencia Episcopal tica le enviaron un mensaje al país en el inicio del camino a la Semana Santa: “El mundo todavía arrastra graves consecuencias generadas por la pandemia provocada por el covid-19, esto también ha dejado en estado de vulnerabilidad a personas que han perdido familiares y seres queridos en general.
“Muchas personas están en situación de desempleo y también han sufrido el drama por no poder suplir todas sus necesidades para tener una vida digna. Nuestro país debe unirse para superar y resolver una serie de problemáticas si queremos vivir en paz y en procura de un desarrollo integral para todos.
“Cuaresma es un llamado a que renovemos nuestro corazón y podamos construir caminos de solidaridad. En todo tiempo, pero más ahora, estamos llamados a hacer el bien, y esta exhortación la dirigimos a todas las personas, católicos y creyentes, especialmente, pero a todos debe llegar este clamor, pues somos parte de una sociedad en la que ahora más que nunca necesitamos unos de otros”.