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Juegos peligrosos acechan a los adolescentes

Deseo de pertenencia a grupos sociales impide a los jovencitos medir el riesgo

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Los jóvenes empiezan a buscar su identidad a partir de los 11 años, por eso en algunos casos entran en un estado de rebeldía, en que hacen todo lo contrario de lo que dicen sus padres y tratan de ser aceptados por sus compañeros y amigos a toda costa.

Esta situación los puede llevar a no medir las consecuencias de sus actos y a poner en riesgo sus vidas, con tal de ser uno más en la barra de amigos.

El lanzarse al océano, desde un risco, es otra acción peligrosa que se ha ido normalizando con el tiempo. Foto: Shutterstock.com (Shutterstock)

El tema surge luego del lamentable incidente ocurrido este miércoles al costado oeste del Liceo de Costa Rica, cuando un estudiante de ese centro de enseñanza, perdió la vida al ser golpeado por el tren.

Las causas aún están por definirse, pero algunos testigos indican que podría tratarse de una especie de juego o reto que estaba jugando el menor de apellido Díaz, minutos antes de la emergencia.

Tiquicia no sería el único país donde se está dando este riesgoso juego del tren, en otros como España, los medios de comunicación han informado cómo los muchachos se le meten a la pesada máquina, segundos antes de que pase. Y para obtener reconocimiento suben la atrevida foto a las redes sociales.

En Colombia, los muchachillos van más allá y minutos antes de que pase el tren, se lanzan a las vías y se acuestan sobre ellas para que el chunchón les pase por encima, pero un mal cálculo podría causar una desgracia.

Este no sería el primer juego peligroso en que participan los muchachos alrededor del mundo y que en su momento algunos han llegado a nuestro país. Otros son la ballena azul, el abecedario del diablo, el de la asfixia, la ruleta rusa sexual, el reto del hielo y la sal o el de la canela.

Para el psicólogo clínico y psicoanalista William Buckley esto va más allá de un juego específico, pues cambia de nombre cada cierto tiempo, pero lo que permanece es lo que lleva a los menores a involucrarse por la presión de sus amigos.

"En otros tiempos el juego era ver quién se atrevía a tocar el timbre de alguna casa y salir corriendo. Esto podría molestar al dueño de la casa, pero no le producía ningún daño al menor, pero conforme ha pasado el tiempo, los juegos han ido evolucionando de la simple travesura a una situación que pone en peligro la vida propia o de terceros, en caso de que en vez de a un tren se le metan a un vehículo en carretera y resulte lastimado su conductor o alguien más al tratar de esquivar al atrevido joven", explicó Buckley.

Llega el momento en que la travesura no basta y el espectáculo como tal debe ser más riesgoso para que tenga mayor validez ante los demás.

"De ahí que veamos cada vez más personas que mueren intentando grabarse en una situación de riesgo como bajar por una colina en bicicleta o saltar de un extremo a otro de un risco, o lanzarse desde un punto alto al mar, sin medir lo que pueda estar esperándolo abajo. Cada vez se exige más dar ese extra y si no está en peligro la seguridad, no vale la pena compartirlo en sus redes sociales", agregó Buckley.

Las autoridades investigan si la muerte de un joven de 12 años, estudiante del Liceo de Costa Rica, se debió a un peligroso juego. Foto John Durán (JOHN DURAN)

El especialista explicó que muchos de esos juegos están orientados a probar la masculinidad con sus actos de "valentía", pero las mujeres no están exentas de las mismas presiones por ser aceptadas.

En el caso de ellas, a veces las presiones van más enfocadas al campo de la sexualidad, a tener múltiplas parejas sexuales o a acostarse con cualquiera, sin conocerlo realmente, lo que también se convierte en un juego peligroso por el riesgo de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual o a un embarazo adolescente. Si no acceden son tratadas de mojigatas y se les aparta, mientras que a los hombres se les trata de maricones, agregó el psicólogo.

No crea que si su hijo no tiene amigos está a salvo, pues ahora, con las plataformas virtuales que permiten los juegos en línea y las redes sociales, no es necesario que los menores estén rodeados de otros jóvenes para que sean presionados, también se les exige por internet.

"El joven puede sentir el mismo deseo de pertenencia a una comunidad virtual, y el tema de la tecnología es determinante en este tiempo", agregó Buckley.

Para la psicóloga familiar María Ester Flores, la comunicación entre padres e hijos es crucial.

"Los adolescentes están en una etapa en la que tratan de probar que pueden tomar sus propias decisiones sin necesidad de sus padres. Se sienten omnipotentes y quieren vivir el presente, lo que los inhibe de sentir miedo o peligro", explicó Flores.

Agregó que los chiquillos que no tienen a uno padres muy presentes que los estén aconsejando, toman las decisiones que les da la gana y no tienen a nadie que les diga que lo hecho está mal.

En cambio, los que mantienen una comunicación diaria con sus padres, en esos momentos de tomar decisiones, tienen los "fantasmas" de sus padres en la cabeza diciéndoles que lo que están por hacer está mal.

"Hay que recordarles que los amigos van y vienen, pero que la familia siempre va a estar ahí para guiarlos. Mejor pecar de necios, que asumir que ya saben los riesgos que corren", recordó la psicóloga familiar.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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