Juan Carlos Bolaños y Celso Gamboa soltaron la sopa

Llamarse Juan Carlos Bolaños o Celso Gamboa en pleno escándalo del cementazo, es incómodo, pero al mismo tiempo chistoso para dos hombres que llevan estos nombres y que no tienen nada que ver con la bronca.

La Teja habló con un Juan Carlos Bolaños (Calderón) y con un Celso Gamboa (Saldaña), eso sí, estos no son los protagonistas del escándalo, tampoco se conocen, uno de ellos nunca ha estado en Panamá y mucho menos están metidos en chorizos.

LEA MÁS: ¿Qué traía Celso Gamboa en su maleta cuando vino de Panamá?

Bolaños, de 40 años (2 más que el empresario), vive en San Francisco de Heredia, bretea en un supermercado, es manudo y viaja en bus todos los días, contrario a su tocayo que está guardado en la cárcel de San Sebastián.

Mientras que Gamboa tiene 35 vueltas, es maestro, además es oriundo de San Vito en Coto Brus y nunca ha ido a Panamá a comprar ropita para bebé, como lo dijo el magistrado el 24 de octubre, durante su comparecencia ante los diputados que investigan el caso.

El primero que atendió a La Teja fue Bolaños Calderón, quién nos contó cómo ha cambiado su vida luego del cementazo y los chascos que le han pasado.

– ¿Usted está enterado del cementazo?

–Lo que uno sabe es lo que ve y lee de las noticias, que es una aparente estafa y que hay gente del Gobierno involucrada.

– ¿Qué piensa de que gente del Gobierno esté embarrada?

– Imagínese que uno cree en personas que tienen esa jerarquía, uno confía en ellas para que ayuden al país, pero a la hora de llegada lo que hacen es beneficiarse.

– ¿Desconfía de la clase política?

– La verdad es que uno deja de confiar en ellos con cosas como estas.

– ¿Sabe a qué se dedica su tocayo?

– Lo que he escuchado es que tiene una fábrica de cemento y que quería meterle competencia a Holcim y Cemex, pero creo que no supo trabajar bien el asunto.

– ¿Lo han vacilado por llamarse igual?

–Cuando salió el asunto me decían que me escondiera, que me iban a meter al tabo. Los compas del trabajo me preguntaban que por qué no les regalaba una vagoneta con cemento para construir la casa. De momento todo ha sido muy vacilón.

– ¿Le han puesto apodos?

–Cuando llego al trabajo algunos dicen "Ya llegó el cementazo" o me dicen que deje de hacer chorizos y cosas de esas.

– ¿Ha pensado en que tomen represalias contra usted?

–Lo que le dije una vez a mi esposa es que si en algún momento ocupo un préstamo en un banco me digan que no, pensando que soy familiar de ese señor o que él tenga alguna deuda y me la cobren a mi. He ido a comprar cosas y por dicha todavía no me han dicho nada.

– ¿Usted tiene carro?

–No, los compas del trabajo me molestan, me dicen (vacilando por las naves que tiene el empresario) que cómo voy a andar en bus si yo tengo unos carrotes, entonces yo les digo que solo los uso los fines de semana.

– ¿Qué siente cuando escucha su nombre en tele o lo ve en el periódico?

–Al principio escuchaba el nombre y volvía a ver, pero uno se va acostumbrando. Mi hijo de 10 me dice que ahí estoy yo, pero con otra cara y otro cuerpo.

– ¿Ha ido a Panamá (como el empresario)?

–Sí, fui hace como 20 años.

– ¿Se tomó los traguitos?

–(Risas) Sí, claro, ahí vivía un primo y la pasamos bien.

– ¿Lo han guardado como a su toca?

–Solo una vez. Estaba estrenando la cédula. Me fueron a encerrar porque estaba en el parque de barrio México, ya era tarde. Vieras que agüevado, porque según yo iba de fiesta y terminé guardado 2 horas.

– ¿Qué consejo le da a Juan Carlos Bolaños ahora que está en Sansebas?

–Que tenga paz, ojalá su familia esté tranquila y que confíe en Dios.

Familiar lejano de Celso

Celso Gamboa Saldaña, quien es más tranquilo, nos contó que es familiar del magistrado, pero nunca lo ha visto en persona, solo por tele.

–¿Cómo ha tomado que su nombre salga por todo lado?

–Al principio era extraño, pero ya uno se acostumbra a eso.

– ¿Lo han vacilado?

–Hace poco una conocida dijo: "abran paso, que ahí viene Celso Gamboa", ella no sabía que yo me llamó igual, entonces le dije que gracias. Luego ella me preguntó que por qué le dije gracias, entonces le contesté que fue porque ella dijo que venía Celso Gamboa y que así me llamaba yo.

– ¿Usted alguna vez ha visto a Celso?

–No, pero dice mi mamá que somos primos, yo no sabía.

–¿Cuándo se dio cuenta?

–Hace como 10 años, de hecho somos primos, no se si segundos o terceros por parte de mi papá (ya fallecido).

–¿Por qué se llaman igual?

–No sé, lo único que entiendo es que mi bisabuelo se llamó Celso, tal vez a él le pusieron el nombre por esa misma razón.

–¿Por qué nunca se vieron?

–Me imagino que por la distancia y por falta de interés.

–¿Usted piensa que todo lo que dice su primillo es cierto?

–En algunas cosas me quedan dudas, no puedo decir que está mintiendo o que dice la verdad.

–¿Cree que Celso es una buena o mala persona?

–En algunas ocasiones quiero pensar que es una buena persona y que tiene principios morales, aunque él diga que no hizo nada, mucha gente no le cree.

–¿Ha ido a Panamá a comprar ropita para bebé?

–No, no, nunca.

–¿Qué espera de este caso?

–Lo mismo que varios costarricenses, justicia y que se aclare todo.