Kenneth Mayorga, un indígena afro primo de Benjamín, el exfutbolista de Saprissa y de la Sele, veía con pena cómo muchachos de su raza se interesaban cada menos por su lengua, la bribrí.
La tecnología y el sistema educativo influyeron en eso. Ha pasado que a Talamanca llegan a dar clases educadores que desconocen la lengua y algunos se enojaban cuando un pequeño les hablaba en bribrí.
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Esos hechos se encargaron de apartar poco a poco esa lengua de la juventud. Y eso no solo ocurre con el bribrí, sino con todos los pueblos indígenas de Costa Rica.
Kenneth tiene 28 años y vive en Siquirres, pero durante 26 años estuvo en Talamanca y tiene una identificación completa con la lengua y por la cultura bribrís.
Un dia, conversando con un amigo, tuvieron una genial idea: enseñar esa lengua de manera virtual mediante transmisiones en vivo para mantener vivas sus raíces y para dar a conocer la lengua a quienes estén interesados.
Y entonces Kenneth le empezó a dar forma a su idea, pero conversando con otro compa éste le dijo que una transmisión en vivo tendría desventajas, como la cantidad de gente que podría entrar y las preguntas que se podrían quedar sin respuesta.
Para ese momento ya 45 personas le habían mostrado interés en aprender la lengua y Kenneth estaba muy entusiasmado. Entonces separó a los interesados en tres grupos y empezó a dar clases de bribrí básico los lunes y jueves a un grupo, los martes y viernes a otro y los miércoles y sábados al tercero, siempre a las 7 de la noche.
Los resultados han sido estupendos. Kenneth ha notado un gran interés y avance en sus alumnos, que reciben las clases por medio de la aplicación zoom, de forma gratuita.
“La juventud se va a estudiar del territorio nuestro y cuando vuelve no saben ni saludar en la lengua materna o se los topa uno en San José y no responden bien a un saludo”, dijo.
“Muchos son estudiantes de la UCR y dicen que son de Talamanca y les preguntan ‘¿hablan bribrí?' y con toda la vergüenza deben decir que no”, dijo Kenneth.
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“Mucho tuvo que ver la imposición del sistema central de Costa Rica. En algún momento mandaban profesores que no hablaban bribrí y se enojaban con los niños, ‘no me hable así, me ofende', les decían y el sistema fue eliminando la lengua”, explica.
“Había miedo entre los niños y la lengua se fue perdiendo. La situación ha cambiado y ahora se les pide a los profes que llegan allá que sepan bribrí”, dijo.
El curso dura aproximadamente dos meses y no hay notas ni un certificado. Las personas que se inscriben lo único que deben tener es interés y ser constantes con las lecciones porque Kenneth tiene trabajo y para él, aunque lo hace con gusto, no deja de ser un sacrificio.
Ya está en conversaciones con otro amigo para que siga con estos grupos cuando terminen el básico y les dé un bribri más avanzado. Kenneth tomaría a otras personas nuevas como alumnos.
Riqueza
Aunque la intención primordial es que los estudiantes aprendan el bribrí básico, Kenneth también les enseña algo de la forma de escribir y de la cultura.
“Mis abuelos maternos hablaban bribrí y yo aprendí con ellos, pero fue hasta después que supe cómo se escribía. Claro, en el curso se darán algunas lecciones de eso, pero también de la cultura”.
Kenneth recuerda que creció en Shiroles y conoció algunas costumbres, como la de jalar la piedra o el baile del sorbón (danza sagrada).
“Desde niños se nos inculca la armonía con el medio ambiente y con nuestros hermanos, con el prójimo y el gran Sibö nos enseña algunas funciones, como la protección de los árboles, de las aves”, dijo. De todas esas cosas Kenneth habla en el curso.
“Sin en algún momento alguien quiere donar mil colones, quinientos colones para ayudarme con el internet es bienvenido. Una vez una muchacha dijo que estaba interesada pero no tenía dinero y eso no es así. Eso es lo que no quiero. Deseo difundir mi cultura y por eso no se cobra”, dijo.
Si quiere entrarle al bribrí puede escribir un whatsapp al 5014-3708.