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Joven papá “estrenó” pulmones y una nueva oportunidad para ser feliz (video)

Jason Fernández se recupera del trasplante que le devolvió la vida y espera pronto abrazar de nuevo a su hija

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Hasta hace un par de meses, la vida de Jason Fernández Monge, de 30 años, estaba llena de limitaciones y dependía de un tanque de oxígeno en todo momento, pero un trasplante le permitió “estrenar” unos pulmones que le devolvieron la ilusión de vivir.

Aunque ya pasó más de un mes desde la complicada operación, él aún está aislado en su casa, en Cartago, porque el procedimiento que tuvo fue muy delicado y requiere de grandes cuidados. Sin embargo, ya empezó a retomar su vida porque ya no depende del tanque de oxígeno.

Esta foto se la tomaron a Jason cuando iba para sala de operaciones. (Cortesía de Jason Fernández)

El sobreviviente contó que hace seis años llevaba una vida completamente normal, trabajaba como repartidor de un restaurante y de un momento a otro empezó a enfermarse con mucha frecuencia.

Al principio no le dio mucha importancia al asunto, pero conforme pasó el tiempo la situación se volvió insostenible y tuvo que buscar ayuda médica.

“Cada vez que me enfermaba me daban unas fiebres muy altas, empecé a perder peso muy rápido. En una de las tantas gripes que me dio ya tenía como un mes mal y me faltaba mucho el aire, mi mamá dijo que ya eso no era normal, así que me llevó al hospital de Cartago”.

“Los doctores me hicieron exámenes y me detectaron dos padecimientos, una bronquiectasia (una infección crónica que daña de forma irreversible los bronquios) y también inmunodeficiencia común variable (un desorden del sistema inmunitario que hace que se tenga bajos niveles de las proteínas que ayudan a combatir infecciones)”, recordó.

El sobreviviente tiene que hacer ejercicios para fortalecer sus pulmones. (CCSS)

Serias complicaciones

La salud de Jason fue decayendo al punto que tuvo que dejar de trabajar: como él era repartidor con frecuencia se mojaba con la lluvia mientras llevaba pedidos y eso hacía que se enfermara constantemente.

Los médicos fueron claros con él al decirle que su condición iría complicándose hasta el punto de depender por completo de un tanque de oxígeno y así fue.

“Antes del trasplante tenía que estar todo el día pegado a una máquina en mi casa para que mis pulmones recibieran oxígeno, prácticamente no podía moverme porque todo me agitaba y sentía cansancio todo el día”, contó el paciente.

Él tiene una hija de cinco años y le dolía mucho no poder compartir con ella como un papá normal, ya que no podía jugar porque sus pulmones no se lo permitían.

La primera vez que Jason escuchó que existía la posibilidad de que le hicieran un trasplante de pulmones se asustó mucho, porque sabía que ese tipo de cirugía es muy riesgosa.

Jazlyn es el motor de Jason, ella le da la fuerza que necesita. (Cortesía de Jason Fernández)

“Me estuvieron haciendo exámenes como durante un año para ver si yo calificaba para una operación de esas y los médicos dijeron que sí, así que me incluyeron en la lista de espera.

“Recuerdo que mi mamá estaba esperando que apareciera un donador, pero a la vez se veía muy preocupada por el riesgo de que en la operación me diera un paro o algo así. Todos teníamos sentimientos divididos, pero a la vez sabíamos que un trasplante era la única opción para que yo recuperara mi vida”, manifestó.

“Antes del trasplante tenía que estar todo el día pegado a una máquina para que mis pulmones recibieran oxígeno”.

—  Jason Fernández, trasplantado

Covid-19 lo golpeó fuerte

Cuando estaba la pandemia en lo más y mejor, Jason se contagió de covid-19, la situación fue crítica por el estado de sus pulmones, así que fue a dar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Pero este luchador logró superar la prueba. Una semana después de salir del hospital apareció un donador, pero las pruebas que le hacían seguían saliendo positivas por coronavirus, así que tomaron la decisión de sacarlo de la lista de espera unos cinco meses para que superara por completo el virus.

Cuando ya pasó ese tiempo y lo volvieron a meter en la lista, empezó de nuevo la ansiedad de la espera.

Jason está feliz de que ahora puede caminar y hablar sin que le falte el aire

“Un martes en la noche me llamaron y me dijeron que había un posible donador y tuve que ir de urgencia al hospital Calderón Guardia para que me hicieran los exámenes para ver si era compatible con él, los resultados estuvieron listos como en cinco horas y todo salió bien.

“Me encomendé a Dios y con mucha ilusión me fui de nuevo para el hospital para que me hicieran el trasplante, lo último que recuerdo es que cuando estaba en la sala de operaciones me decían que estuviera tranquilo y hasta me preguntaron qué música quería escuchar, pero casi de inmediato me quedé dormido”.

Cuando Jason despertó de la cirugía, lo primero que hizo fue respirar profundo, le costaba creer que tenía ya unos pulmones nuevos, pero cuando se vio la herida que le cruzaba por completo el pecho de lado a lado se terminó de convencer.

El joven dice que por unos días tuvo que usar una cánula de alto flujo de oxígeno, pero ya al cuarto día se la quitaron y respiraba perfectamente por sí mismo, eso sí, los controles y el aislamiento eran muy estrictos.

El paciente espera que pronto le den el visto bueno para volver a ver a su hija. (Cortesía de Jason Fernández)

Sueña con abrazar a su hija

Aunque la recuperación de Jason va muy bien, los médicos aún no le permiten recibir visitas, por lo que no ha podido ver a su hija, Jazlyn, quien siempre que lo llama y le pregunta cuándo la va a poder llevar al parque para jugar.

“Esta nueva oportunidad me ha hecho ver la vida diferente, ya hasta quiero retomar proyectos como mis estudios porque apenas terminé la escuela. Quiero superarme, me gustaría estudiar Educación Física y darle un buen ejemplo a mi hija.

“Esta nueva oportunidad me ha hecho ver la vida diferente, ya hasta quiero retomar proyectos como mis estudios porque apenas terminé la escuela. Quiero superarme, me gustaría estudiar Educación Física y darle un buen ejemplo a mi hija”.

El sobreviviente aprovechó para dar un mensaje a la gente sobre el noble acto de donar órganos.

Donar es un acto de amor, las personas no se imaginan el montón de vidas que pueden salvar desprendiéndose de sus órganos después de morir, ojalá todos tuviéramos esa conciencia para ayudar a los que necesitan una cirugía de estas para continuar con su vida”.

Hecho histórico:

—  Del mismo donante del que sacaron los pulmones de Jason sacaron también el corazón que le trasplantaron a Johana Chacón. El procedimiento simultáneo fue histórico, ya que fue la primera vez en el país en que a un donador se le extrajeron órganos para dos pacientes distintos. El proceso duró 16 horas, comenzó a las 5 a. m. y terminó a las 9 p. m. Debido a la alta complejidad del procedimiento, se necesitaron 50 funcionarios en el quirófano.
Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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