Ricardo Hernández es un profesional de 30 años, soltero y quien aún vive en casa de su mamá.
Él trabaja desde hace seis años, tiene carro propio y aprovecha para pegarse unas escapaditas fuera de nuestro país, al menos, tres veces al año.
Por ahora suma 33 países visitados en todos los continentes, va al cine al menos una vez al mes y sale a comer, al estadio o darse un paseo, dos fines de semana al mes.
“Sí, pienso casarme algún día, pero aún no sé cuando será”, asegura Ricardo, quien tiene novia.
Su mamá, doña Rosa, es viuda y vive de la pensión que le dejó su esposo y de lo que aporta Ricardo a la casa. Ella también tiene otra hija que está cerca de graduarse de la universidad.
Las realidades económicas de ambos hijos son muy distintas, aunque comparten el mismo techo.
La situación de Ricardo, su hermana y su mamá se repite en muchos de los 535.468 hogares que integran la etapa de desarticulación (aquella jefeada por una persona con o sin pareja y donde hay hijos mayores de 18 años que por su condición pueden irse en cualquier momento de la casa), revela el estudio denominado Tribus modernas, elaborado por Unimer y Kölbi, el cual resalta los cambios que han tenido las familias costarricenses.
“Esa incorporación de los hijos mayores de 18 a la fuerza laboral, permite a las familias obtener ingresos adicionales porque la mesada se invierte y ahora son los hijos los que le dan dinero a sus padres, pero también aumenta la posibilidad de que se vaya de la casa en cualquier momento, aunque esa decisión se está posponiendo cada vez más”, explicó el investigador de Unimer Jorge Villalobos.
Son aquellos que la casa es solo para dormir, casi un hotel, tienen su vida, trabajan, estudian, salen muchísimo, pero siguen con los papás porque es más cómodo, ya que tienen otros proyectos e irse a vivir solos incurriría un gasto muy alto.
Villalobos agregó que estamos acostumbrados a ver la familia como una sola economía, pero hay microeconomías dentro de ellas donde puede haber un hijo de 23 y otro de 28 y los dos aportan a la economía común, pero tienen una economía independiente, donde el primero decidió financiarse la "U" y ahorrar, mientras que el otro se compró un carro y se va de viaje.
“En esta casa, los muchachos aparentan y viven un nivel socioeconómico más holgado y elevado, mientras que los padres viven uno más humilde”, añadió Villalobos.
¿De que trata el estudio?
En esta investigación se estudió los hogares ticos, los diferentes tipos, cómo se conforman, cómo priorizan los gastos, quiénes tienen influencia al escoger un producto, cómo se heredan los hábitos de compra y consumo en su categoría.
En total son diez tipos de hogares según el ciclo de vida (etapas que vive una familia hasta su disolución que puede ser por separación, divorcio, migración o muerte) explicó Jorge Villalobos, de Unimer.
“Es un ciclo de vida que no es lineal ni es estático. Uno de los aspectos más interesantes del estudio es que lo que pasó hace 17 años demuestra que hay algunos tipos de familias que están creciendo, como la pareja mayor sin hijos”, explicó Jacqueline González, directora de marca y estrategia comercial de Kölbi.
Se denominan tribus porque son grupos de personas que tienen necesidades de alimentación, vivienda o supervivencia en general, que se unen para cumplir ese objetivo.
“Aquí también derribamos el mito de que un hogar era solo el que tenía algún vínculo consanguíneo. Ahora un hogar puede estar integrado por una sola persona o donde viven simples conocidos. Además, ya los jóvenes no necesariamente tienen que casarse para hacer su propio hogar”, agregó González.
10 Tipos de hogares ticos
El estudio Tribus Modernas hecho por Unimer y Kölbi clasificó los hogares costarricenses para una mejor comprensión de sus gastos.
FUENTE: ESTUDIO TRIBUS MODERNAS DE UNIMER Y KÖLBI.. || w. s. / LA NACIÓN.
¿Qué ha cambiado?
La clasificación de familias podría decirse que es la misma, lo que ha cambiado es la proporción de hogares de una u otra, explicaron tanto Jacqueline como Jorge.
“Lo que nos dice el estudio es que los valores y principios han cambiado y que hay que insistir en que los padres orienten mejor a sus hijos sobre la administración del dinero y que lo aprovechen para ahorrar o estudiar”, explicó González.
Otra familia muy relevante es la sin núcleo, ahora 1 de cada 10 costarricenses viven en una familia sin núcleo (papá, mamá e hijos).
Los tipos de vivienda han cambiado, hoy hay más condominios y torres de apartamentos, que obstruyen que haya familias más grandes como antes.
“La pareja joven sin hijos tiene diferentes rostros, entre ellas se encuentran las parejas del mismo sexo, las que tienen su segunda pareja. Puede ser una pareja que la muchacha se casa con un divorciado que ya era papá, pero no lo son juntos. Cada vez las relaciones tienden a ser más informales, amigovios, el que pasa de viernes a domingo viviendo con la novia y los otros días vive con la mamá”, explicó Villalobos.