Jack es un perro de raza labrador que recobró su alegría y ahora anda brincando gracias a la tecnología del laboratorio Innovatio del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y al veterinario Miguel Araya, quien hizo una cirugía histórica.
Un tumor del tamaño de una bola de tenis al lado derecho del cráneo le afectó profundamente la salud al peludito de nueve años, a tal punto que, incluso, lo desahuciaron, dándole solamente una semana de vida.
Don Marcos Blanco Alpízar, el “papá” de Jack y vecino de San Isidro de Heredia, nos contó este increíble hazaña.
“Lo tenemos en casa desde los seis meses, por eso lo conocemos perfectamente. En noviembre ya comenzamos a notar que daba vueltas en círculos por mucho rato y a chocar con las paredes. Creíamos que era un asunto de la vista, por eso lo llevamos a un veterinario, pero no le llegó al problema.
“Como seguía empeorando su salud, estaba durmiendo mucho y andaba todo decaído, lo llevamos a la veterinaria Vicovet y ahí fue donde nos confirmaron, después de varios exámenes, que tenía un tumor en el cráneo”, explica don Marcos.
Riesgo necesario
A partir de ese dictamen, Jack comenzó a visitar más la Clínica Veterinaria Vicovet en Sabanilla de Montes de Oca, para que el doctor Miguel Araya Castillo lo atendiera.
El doc y don Marcos comenzaron a analizar opciones y la primera que analizaron fue usar tecnología rusa para curar a Jack y comenzaron a coordinar con expertos de aquel país; sin embargo, todo se frenó con el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, además, era una opción muy cara.
Después de investigar bastante, el doctor Castillo habló con los profesionales del laboratorio Innovatio y fue así como comenzó a agarrar fuerza la opción de que la gente del INA hiciera la prótesis.
A Jack le diagnosticaron un tumor conocido como osteocondrosarcoma multilobular en su cráneo, y según comentó el doctor Araya, le estaba realizando una presión en su cerebro, provocando cada vez más complicaciones en sus funciones.
“Por esta razón, y siendo su única esperanza, se deciden a realizar una cirugía de alto riesgo para retirar el tumor y sustituirlo por una prótesis craneal con un material biocompatible (grado médico) llamado PEEK, el cual Innovatio tiene tanto esta materia prima como el equipo especializado para realizar esta prótesis.
“El doctor Araya aportó los archivos digitales de las guías quirúrgicas (determinan el área a cortar del cráneo) para imprimirlas en 3D y también del implante craneal. Ambos diseños fueron modelados utilizando las imágenes médicas obtenidas de un Tomógrafo Axial Computarizado (TAC).
“Para la impresión de las guías quirúrgicas como el implante craneal, se utilizaron tecnologías de impresión 3D de alta precisión, obteniéndolos de una forma muy rápida”, nos explica don Gabriel Solís del Innovatio del INA.
Puras tejas
La cirugía de alto riesgo se realizó el 17 de febrero y duró seis horas. Nadie mejor para contarnos cómo está el peludito que Lucía, la hija de don Marcos, quien a sus seis años se considera la dueña absoluta de Jack.
“Estoy muy contenta porque ya está muy juguetón y alegre. Pasamos jugando todo el día”, respondió Lucía.
“En Centroamérica es la primera vez que se realiza una operación de este tipo en un perro. Sabíamos que había mucho riesgo, pero también sabíamos que lo fundamental era la calidad de vida del Jack.
“Estoy muy alegre por ver cómo se ha recuperado tan rápido. Jack estaba que no se levantaba ni se movía y ahora no hay quien lo detenga. Todo parece indicar que la operación fue un éxito y nos abre puertas para el futuro médico veterinario con respecto a tumores en el cráneo”, explica el doctor Araya, quien fue el que operó al peludito.
El 21 de marzo, la Caja Costarricense de Seguro Social anunció un convenio de cooperación con el INA para recibir 35 prótesis craneales y la transferencia de conocimientos en el uso de tecnología de impresión 3D, considerada una de las innovaciones más importantes en la cirugía de cabeza.
Jack se adelantó
Para el gerente general de la Caja, el doctor Roberto Cervantes, los resultados de esta experiencia podrían contribuir más adelante a ampliar el servicio de prótesis craneales para pacientes en otros hospitales y a identificar necesidades del uso de la impresión de prótesis en otras especialidades médicas.
La Caja dará las imágenes médicas, los estudios y la guía necesarias de un neurocirujano para que la prótesis pueda ser impresa con un nivel de precisión milimétrico y sea aprobada antes del proceso quirúrgico, lo cual es un grado de personalización nunca antes alcanzado en este tipo de servicio.
Pues bien, justo lo que aprovechará la Caja con las prótesis craneales del INA en impresiones 3D, es la tecnología que tiene a Jack puras tejas de salud. Este peludito juguetón se le adelantó a lo que se viene para el país en humanos, demostrando que la ciencia tica va por muy buen camino.