En muchos hogares es común ver a cada miembro de la familia por su lado, inmerso en el celular o la televisión sin interactuar entre ellos.
Por eso los nutricionistas recomiendan aprovechar que los chiquillos estarán en la casa durante las vacaciones para promover la sana convivencia familiar, el entretenimiento y sembrar el gusto por la gastronomía, involucrándolos en la preparación de la comida.
Esto no solo fomentará una alimentación más saludable y creará experiencias familiares, sino que podría ser una estrategia para alejarlos de hábitos perjudiciales como la exposición excesiva al celu, la compu, el play, la tele o actividades sedentarias.
“Cuando permitimos a los niños y jóvenes entrar a la cocina no solo compartimos recetas, sino que creamos experiencias que serán agradables de recordar. Al estar frente a la cocina, se desarrollan todos los sentidos y especialmente el olfato, uno de los más ligados a las memorias”, explica la doctora Shirley Thuel, representante del Colegio de Profesionales en Nutrición (CPN) y especialista en nutrición pediátrica.
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Eso sí, aclara que es necesario darles a conocer los riesgos que implica estar en la cocina, pero sin crearles miedo.
También se recomienda generar el interés por la comida y motivar su creatividad, ideando sus propias recetas.
Pueden iniciar, por ejemplo, con la invención de ensaladas, ya que son alimentos que no necesitan cocinarse y contienen nutrientes fundamentales para las diferentes etapas de crecimiento.
Otras sugerencias son involucrarlos a escoger frutas y verduras en el supermercado, invitarlos a cocinar (sin riesgo), alistar la mesa y decorar los platillos.
Estas prácticas agudizan los sentidos del olfato, tacto y gusto y crean experiencias sensoriales que recordarán cuando estén grandes.
“Incluir a los niños en la cocina es sinónimo de forjar buenos hábitos desde temprana edad, como la buena comunicación, el orden y la disciplina, que son indispensables para llevar cada paso de la receta; se les enseña también paciencia, ya que las preparaciones requieren de tiempo y proceso”, agrega Thuel.
Tenga presente
Además, los expertos ofrecen a los padres y encargados de familia una serie de principios de alimentación como:
- Deles de comer cuando sientan hambre y que se detengan cuando estén satisfechos
- El tiempo y la paciencia son imprescindibles, anímelos sin forzarlos a comer
- Si hay rechazo, pueden experimentar con diversas combinaciones de sabores, texturas y métodos
- Obligar, presionar o premiar interfieren con la percepción del niño de su propia saciedad y pueden aumentar el riesgo de sobrepeso, de problemas relacionados con la comida, etc.
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- No ofrezca comida como consuelo emocional (para alegrarlo si está triste o como premio por sacar buenas notas).