En medio de las inundaciones que golpean tan fuerte nuestro Pacífico, nos tomamos con personas de tremendo corazón que no se olvida de los peluditos y corren a alimentarlos porque entienden que también sufren con los ríos desbordados y las casas inundadas.
Nos topamos con doña María Calvo Valverde junto con varios voluntarios, quienes viven en el distrito de Filadelfia, en el cantón de Carrillo en Guanacaste y ella nos contó que a pesar de que en su negocio sufrió inundaciones, eso no la detuvo para irse a buscar perritos y gaticos para alimentarlos.
Doña María cuenta que no lo ha pensado dos veces para buscar pancitas que llenar porque jamás olvidará cómo a ella en octubre del 2017 las lluvias que provocó el huracán Nate le inundaron la casa y tuvo que salir corriendo con sus mascotas. Jamás pensó en devolverse por alimento ni nada, simplemente salió corriendo.
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Una vez en un refugio de la Comisión Nacional de Emergencias, doña María comprendió que tenía un problema, el hambre de sus mascotas. Para ella sí había comida, pero no había alimento para sus peluditos.
“Usted no tiene idea lo agradecida que estoy desde el 2017 cuando gente voluntaria y desinteresada llegó al albergue donde yo estaba y nos llevó alimento para mis mascotas, es algo que jamás olvidaré.
Llenar pancitas
“Los perritos que uno tiene están acostumbrados a alimento, la comida normal podría afectarles el estómago, por eso agradezco tanto la presencia de voluntarios. Llegaron en el momento en que más los necesitaba”, recordó doña María.
Siete años después, lamentablemente, la temporada de tormentas y huracanes ha estado muy fuerte, sobre todo en nuestro Pacífico y en Guanacaste hay muchas zonas en las que cae agua durante días seguidos.
Doña María, otra vez, vivió el golpe de las lluvias, pero en esta ocasión no fue tan fuerte, el agua inundó su negocio de bolsas plásticas, pero no de forma en que perdiera toda la mercadería. Cuando ella llegó al local y vio todo inundado, recordó la tormenta Nate y se dijo, “ahora me toca a mí”.
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“En esta ocasión no me tocó tan fuerte como en el 2017, pero sí a muchas otras personas, por eso no lo pensé dos veces y se comenzó una pequeña compaña entre amigos, familiares y conocidos para recoger dinero y comprar alimento, incluso pedimos alimento directamente.
“Recibimos tremenda ayuda desde San José y otras provincias y se logró comprar 200 libras (cuatro sacos grandes) de alimento para perro y un saco para gatos. En verdad que me puse muy contenta de ver la respuesta de mi gente”, recordó la vecina de Filadelfia.
Devolver el favor
Junto a otros amigos se apuraron a echar el alimento en bolsitas y en una microbús prestada se fueron a buscar albergues y cuanto peludito se topaban con hambre. Al primer lugar que fueron fue al albergue de Filadelfia.
“Es muy lógico porque lo viví, que uno lo primero y único que piensa es salvar su vida y la de sus mascotas, todo lo demás es material. Uno jamás piensa, en esos momentos, en traerse el alimento, entonces encontramos muchas familias con su mascota y sin comida para ellos.
“Es muy lindo poder devolverle a la vida, a los animalitos, el favor que hicieron por mí en otro momento difícil. En estas ocasiones casi la totalidad de ayudas son para las personas, por eso algunos luchamos por ayudar a las mascotas”, reconoció.
Lo que más alegró a doña María es que le tocó ver a un grupo de jóvenes con la camiseta puesta y buscando también peluditos, sobre todo en la calle, para darles jamita en medio de tanta agua.
“Aquí en Guanacaste hay una realidad, casi todas las familias tienen perrito o gato, entonces a la hora de una situación complicada por inundaciones son muchos las mascotas que necesitan ayuda con la comida.
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“Por ejemplo, yo tengo cuatro (Ziggy, Mickey, Sasha y Scrappy) en la casa y dos en el negocio (Dallas y Peggy). En esta ocasión se me inundó el negocio, en el 2017 fue la casa, en ambos casos es muy duro”, asegura doña María.
Gran amor
Dentro de lo que más le partió el alma es que realmente los peluditos estaban con mucha hambre, hasta se peleaban entre ellos por la comida. También la marcó mucho el amor de los guanacastecos por sus perritos y gatitos porque no les importó estar con el agua hasta la cintura para ir por la bolsita de alimento apenas se dieron cuenta de que estábamos regalando.
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“Vamos a luchar por volver a repartir alimento porque todavía sigue cayendo agua y de seguro hay mascotas en albergues”, dice con el corazón en la mano la vecina de Guanacaste.
También nos enteramos que la gente del organización Frente por la Vida y Veterinaria Echandi están recogiendo alimentos para perros, gatos, ganado, aves de corral y hasta comida y ropa para humanos.