Los dos años de abandono total que han experimentado las vías nacionales y los años de “maquillaje” que se les dio anteriormente ahora le están pasando factura al país.
Los cierres totales en la ruta 1 a la altura de río Jesús y Carmen Lyra en Barranca, Puntarenas, así como el hundimiento en la ruta 228 a la altura de Copalchí de Cartago; la caída de la carretera en La Alegría de Siquirres (ruta 415) y en la 734 en la comunidad de Venado de San Carlos debido a la caída del puente, son solo unos ejemplos de la consecuencia de la terrible maña de “patear la pelota” realizada por diferentes administraciones con respecto a las carreteras.
A ello se suman los constantes deslizamientos que viven provocando el cierre en la ruta 32 entre Limón y San José, y más recientemente en la Interamericana que se ha tenido que cerrar preventivamente cuando llueve con fuerza junto al paso regulado en los kilómetros 47 y 49 que tienen en jaque a las autoridades, conductores y transportistas porque de un momento a otro se cierra el paso y deben esperar por horas a que reabran o, en el caso de los choferes de automóviles, que deben ver qué ruta alterna utilizan para llegar a su destino.
Pero, ¿cómo llegamos a este punto? ¿Hay soluciones a corto plazo y definitivas? La Teja conversó con Randall Murillo, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) y con Guillermo Carazo, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) para tratar de encontrar respuestas a dichas interrogantes y ambos coinciden en que la situación es crítica.
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Para el ingeniero del CFIA la situación se debe analizar desde tres aspectos: la falta de mantenimiento de la estructura vial del país desde hace dos años, los derrumbes y los puentes.
“El no darle mantenimiento a una obra de infraestructura repercute en su deterioro. CFIA y otras instituciones hemos estado diciendo la importancia de que los contratos de mantenimiento se mantengan y se ejecuten”, recalcó Carazo.
El director ejecutivo de la Cámara, asegura que el mantenimiento que dábamos era raquítico, y todo termina por colapsar.
“No podemos decir que lo que está sucediendo hoy sea fortuito o imprevisto porque se debe a la falta de mantenimiento que se viene arrastrando desde hace años y que se está traduciendo en problemas de movilidad para el país que nos afecta a todos”, dijo Murillo.
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Los puentes
Los puentes y su adecuado mantenimiento es otro aspecto que por años ha denunciado el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme).
“Tenemos un rezago en el mantenimiento de puentes, que es diferente al de las carreteras y si pasa una tragedia en un puente probablemente pasaríamos a tener la atención más puesta en ellos, pero no lo estamos haciendo como deberíamos”, agregó el director del CFIA.
Para Murillo en un futuro cercano muchas carreteras podrían estar cerradas porque hay que sacar de circulación puentes a los que no se les da mantenimiento.
“Los deslizamientos afectan la infraestructura vial, pero puede ir más allá y afectar viviendas, pueblos. Es importante tener un control de las zonas de riesgo”, contó Carazo.
Pero en este punto, no depende solo de las autoridades, en Centroamérica los suelos son más propensos a derrumbes cuando hay agua en exceso.
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“Los deslizamientos que estamos teniendo es por las lluvias, y si bien es cierto, Costa Rica es un país de los que más llueve en el mundo, tenemos el problema de que puede haber sobre saturación de suelos. Vale la pena recordar que este año ha sido el de las lluvias más intensas desde 1945 y el segundo año en que más ha llovido desde 1900”, explicó don Guillermo.
Braulio Carrillo
La ruta 32, que comunica Limón con San José es conocida por darle dolores de cabeza a las autoridades por los deslizamientos y cierres que deben hacerse durante el año.
“En la Braulio Carrillo es conocido que hay entre 12 a 14 zonas de más derrumbes y el CFIA ha propuesto solucionarlo mediante túneles falsos (una especie de techos) que sostengan el derrumbe para evitar accidentes y proteger las vidas humanas y sostener el terreno arriba de la carretera para que esta siga siendo funcional, pero nos han dado más pelota”, explicó Carazo.
Cambronero y la 27
En cuanto a los hundimientos en Cambronero y la ruta 27, la solución es más complicada, en especial porque cerca de ellos hay una falla geotécnica y por eso se analiza que lo mejor es hacer un viaducto que sirva de puente para pasar de un extremo a otro.
“En Cambronero hay un hundimiento desde hace casi 30 años , lo cual es una barbaridad, no deberíamos durar décadas arreglando este tipo de problemas”, afirmó el director ejecutivo del CFIA.
Carazo asegura que dependiendo del trabajo que se haga, son obras que tomarán varios meses para concluirse, de dos a doce meses.
Competitividad
“Evidentemente el deterioro en la infraestructura pone al país en jaque. Todos sabemos que la infraestructura es la punta de lanza para que un país sea competitivo, para atraer inversiones, para que la producción sea eficiente, etc”, recordó Murillo.
“Estamos recogiendo los frutos de una crisis que viene desde hace muchos años y por eso tenemos mucho tiempo de estar pidiendo una intervención en el MOPT y en el Conavi, Cosevi y CTP porque la capacidad de gestión de obra vial, está colapsada.
“Los carteles de licitación son un desastre, no hay planificación, no hay preingeniería, lo que evidencia que se está gestionando muy mal la infraestructura pública”, aseguró Murillo.
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Murillo puntualizó que: “No veo las soluciones prontas a lo que estamos viviendo, primero por la falta de dinero para hacerlo y aunque hemos tenido recursos asignados a obras específicas no somos capaces de invertir porque vamos reaccionando a lo que pasa, y en infraestructura se debe planificar, dar mantenimiento, priorizar y dar atención preventiva”.