Un hombre de apellido Hidalgo es sospechoso de violar a una perrita en La Suiza de Turrialba.
La perrita falleció después, cerca de la propiedad del abusador, con señales evidentes del maltrato al que fue sometida, lo que causó la indignación de la comunidad.
El sujeto de apellido Hidalgo se robó a la perrita de un lugar llamado Tayutic y la cargó unos kilómetros hasta su casa donde habría cometido el delito.
Mucha gente fue testigo de que cargó a la perrita.
Incluso, hay un vídeo donde se observa al hombre cargando a la perra en sus brazos.
Este martes, Hidalgo fue denunciado ante el OIJ de Turrialba y personeros de ese organismo llegaron a llevarse al pobre animalito. También se presentaron funcionarios de Senasa.
Además, otro vecino fue a denunciar al sospechoso porque se le ha metido a su finca y le ha violado vacas y terneros. Sin embargo, no se la recibieron porque esos hechos tienen más de cinco años de haber ocurrido.
“Sentimos inseguridad, miedo que se lo haga a un niño. Está a un paso. Una persona con problemas así con los animales luego se lo hace a las personas. Este señor agrede a la mamá que es una adulta mayor”, aseguró Tatiana Chacón, quien estuvo con el dueño de la perrita durante todo el proceso de denuncia.
La Fuerza Pública hizo un parte el lunes, cuando se dieron los hechos, del cual La Teja tiene copia.
“Se observa en el patio trasero de la vivienda un canino hembra café con blanco, sin vida, con sangrado (en unas partes del cuerpo)”, dice el parte.
Este martes, un grupo de personas se manifestó frente a la casa del sujeto, conocido como Pata de Mono y estuvieron resguardados por una unidad de la Fuerza Pública.
“Cuando no toma es cuerdo, pero cuando tiene alcohol es otra cosa, malcriado, problemático. Se mete a las propiedades a hacer cosas. Es soltero, vive solo en una casita casi a la par de la mamá, por eso la agrade”, añadió Chacón, quien vive cerca del individuo.
Abel Cerdas, dueño de la perrita dijo que se llamaba Chiquita y que tenía cinco años de edad.
“Una vecina me la regaló cuando estaba pequeñita, esa perrita no se metía con nadie, era especial. Tengo tres más y a todos los queremos, pero ella era un amor”, dijo don Abel.
El dueño de Chiquita confesó que lloró cuando chequeó a su perrita y la vio muerta y con sangre.
“Estaba operada, no queríamos que tuviera crías. La lloré y para mi mujer que está enferma será un golpe durísimo”, dijo.