Un grupo de pobladores de la comunidad indígena Rey Curré, de Buenos Aires, Puntarenas, emprendieron un recorrido de cerca de 40 kilómetros en bote, sobre las aguas del río Grande de Térraba, para rememorar la costumbre que realizaban sus antepasados de intercambiar productos.
La aventura inició el viernes anterior a las 2 p.m. y finalizó el sábado pasado a la 1:30 p.m. en el atracadero de Ciudad Cortés de Osa.
Uriel Rojas, descendiente de este grupo indígena comentó que antes de 1960, los antiguos borucas se unían a otros boteros que bajaban desde poblados como Pilas, Térraba, Potrero Grande, Boruca, entre otros, y juntos viajaban hasta El Pozo, hoy Ciudad Cortés.
“Nuestros abuelos usaban con frecuencia este río como vía de comunicación para intercambiar productos y llegaban hasta el mar. Este esfuerzo que realizó la comitiva es una hazaña, un tributo a quienes nos heredaron un invaluable legado cultural”, explicó Rojas.
Experiencia inolvidable
Mario Leiva, otro de los asistentes, salió encantado con lo que vivió.
“El río estaba muy seco, pero se pudo navegar de buena forma. Fue una bonita experiencia poder revivir estos viajes, esperamos que se siga repitiendo año tras año para que se convierta en una tradición”.
En la actualidad, los navegantes que realizan este viaje son descendientes directos de los antepasados borucas que habitaron las orillas del río Grande de Térraba. A su llegada al antiguo atracadero, la comitiva intercambió de manera simbólica algunas obras artísticas con los organizadores, quienes les dieron una bienvenida.