Increíble, pese a que vivimos la inflación más alta de los últimos diez años y que cada vez más familias la tienen más difícil para hacer frente a sus necesidades, una reciente investigación del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica prevee que a finales de este 2022 habrá una leve baja en la pobreza.
“Diciembre traería una leve baja en la cantidad de hogares en pobreza y pobreza extrema, en comparación con los datos que exhibe el país durante julio y agosto”, dice la investigación dada a conocer este miércoles.
De acuerdo con este estudio y tomando en cuenta los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la pobreza en los hogares del país pasaría de 22 de cada 100 proyectado para agosto, a 21 de cada 100 calculado para el último mes del año.
En menor medida, algo similar sucedería con los porcentajes de familias en pobreza extrema que pasarían de ser el 6,5 % en agosto, al 6,3 % en diciembre.
Si se toma como referencia el peor momento de la pandemia (junio del 2020), cuando la pobreza total superó el 30 % de la población, entonces el panorama actual es más que favorable.
“Esta mejora se debe, mayoritariamente, a que el desempleo se redujo considerablemente y la economía comenzó a reactivarse. Hasta los meses de marzo y abril, que fueron las últimas dos referencias oficiales utilizadas para realizar el cálculo de esta investigación, más familias obtuvieron ingresos por trabajo, lo que les permitió superar la línea de pobreza o pobreza extrema”, detalla el investigador del IICE, Luis Ángel Oviedo.
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“En la estimación también consideramos la proyección de precios. Esto hace que la pobreza suba un poco hasta agosto y que, a partir de ahí, comience a bajar, porque la perspectiva es que el costo de productos comience a bajar en el último trimestre, según nuestra previsión del índice de precios”, informó Oviedo.
Guerra lo empeoró todo
Si se analiza el contexto actual, en comparación con marzo de este año (antes de percibirse los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania), el horizonte no se ve tan esperanzador, pues en tan solo cinco meses, este factor se ha incrementado en 37 mil familias que se sumaron a los estratos de pobreza.
La guerra impulsó el precio de los combustibles y elevó la canasta básica en general, lo que produjo que algunas familias quedaran por debajo del umbral de la pobreza, pese a la mejora en el empleo.
“Uno se alegra porque al generarse más empleo, los hogares contaban cada vez con más recursos. Incluso la pobreza venía bajando a niveles inferiores a los que había antes de la pandemia, lo que ya era un logro. Pero en los últimos cuatro meses, la situación entre Rusia y Ucrania lo volvió a empeorar todo”, sentenció el experto.
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El comportamiento del tipo de cambio del dólar, el precio de los combustibles y de las tasas de interés podrían afectar este panorama positivo, pues si los préstamos se encarecen y las familias no tienen con qué pagarlos, es señal de empobrecimiento.
“Esto reduce el poder de compra de la gente, el ingreso de recursos en las empresas y la posibilidad de contratación de más personas”, dijo el experto del IICE.