Al hombre que fue atacado por el peligroso gusano barrenador, en la zona sur del país, le sacaron más de 150 larvas de su cuero cabelludo y permanece internado en el hospital de Golfito.

La semana pasada, el Ministerio de Salud y el Senasa confirmaron el primer caso de este gusano en humanos en Costa Rica. El paciente es un artesano de 40 años, que vive en la comunidad de Río Claro de Pavones y quien recibió un golpe en su cabeza, el 12 de febrero pasado.

El epidemiólogo Jairo Solís conversó con La Teja para contar cómo está el paciente y detalló cómo lograron la extracción de los gusanos.

“El señor nos cuenta que se lastimó el 12 de febrero y vio que su herida era superficial. Se aplicó unos remedios caseros, pero pasaban los días y notó que su herida tenía una apariencia extraña.

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“El paciente se revisó el viernes 16 y notó que tenía larvas, lo que lo asustó mucho y fue a consultar al hospital de Ciudad Neily. En el centro médico le extrajeron unas 100 larvas y lo refirieron al hospital de Golfito, en donde primero fue atendido en emergencias, le retiraron unos 50 gusanos y luego un cirujano lo vio y dio la alerta a las autoridades”, contó.

El 21 de febrero se confirmó que una mosca depositó en la herida los huevos para que se desarrollaran los gusanos barrenadores.

“Las lesiones que tiene en el cuero cabelludo eran amplias, pero por dicha los gusanos no llegaron al cerebro. A este paciente se le recetó antibiótico, una sustancia que destruye los parásitos, se le hicieron curaciones diarias y no le hemos dado la salida hasta que la herida esté bien cerrada.

“Además, está siendo valorado para cirugía reconstructiva, por el daño que las larvas provocaron en la cabeza del paciente”, expresó.

Vigilancia. Mariano Arroyo, coordinador del Programa Nacional de Enfermedades Transfronterizas del Senasa confirmó que “se realizaron visitas conjuntas con el Ministerio de Salud y la Caja en la zona donde reside el paciente, así como a establecimientos de producción pecuaria y casas de habitación, con el fin de investigar casos tanto en humanos como en animales.

“Durante estas visitas, se distribuyó información sobre el gusano barrenador, sus métodos de prevención y la importancia de tratar las heridas con productos larvicidas”.

De cuidado

Rafael Vindas, veterinario de la Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional, confirmó que el gusano barrenador estaba erradicado desde octubre del 2000, pero desde hace año y medio se han vuelto a confirmar casos de este bicho en animales.

A finales de los 90, Vindas trabajó en un programa para erradicarlo, que comenzó en Estados Unidos y abarcó México, Centroamérica y Panamá.

“Los países de Sudamérica quedaron con la plaga del gusano barrenador y ahora resulta que la mosca volvió a entrar de Sudamérica, por el Tapón del Darién y si no lo controlamos podría llegar nuevamente a los países en donde ya no estaba.

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“En esos años se hicieron importantes esfuerzos para controlarlo, como la creación de plantas de moscas estériles, que producen moscas cuyos huevos son infértiles y aunque la mosca produzca huevos no podrán reproducirse y así la especie desaparece del todo”, comentó.

Vindas recordó cómo se transmite el gusano barrenador en animales y seres humanos.

“La mosca, llamada cochliomyia hominivorax (coquerel) busca animales de sangre caliente y aquí también se incluyen a las personas.

“La mosca busca heridas frescas, no tiene que ser precisamente heridas profundas y ahí puede depositar más de 100 huevos. Las larvas comienzan a comerse los tejidos vivos, va formando una herida más profunda. Se puede comer la carne, todo el tejido blando hasta llegar a órganos importantes, causar hemorragias y hasta la muerte del animal o la persona”, comentó.

Vindas explicó que las larvas tardan ocho días comiéndose los tejidos de un ser vivo y luego de ese tiempo caen al suelo, para madurarse.

-¿Cómo identificar que una mosca depositó los gusanos barrenadores en una herida?

“Como las moscas depositan los huevos en una herida reciente, se notan algunos puntitos blancos, en donde están los huevos. Además, en la herida se puede percibir el movimiento de los gusanos, que entran y salen cuando se están comiendo los tejidos.

“Puede que la herida tenga un color característico, picazón, alguna molestia o enrojecimiento. Puede que haya segregación de líquido mal oliente, huele como a hígado podrido.

“Se nota que no es normal, es una herida donde hay algo que se está comiendo el tejido. Apenas se noten estos signos hay que ir al médico, para eliminar las larvas, limpiar las heridas y determinar cómo se trata al paciente”, destacó el experto.