Un vestido blanco, con encaje en los bordes, dos bandera de Costa Rica, el símbolo mundial de la salud y una leyenda que dice: “Reina de los Ángeles, ruega por nosotros” fue el escogido este 1 de agosto para la Negrita de Los Ángeles.
La acostumbrada ceremonia de la vestición se llevó a cabo de manera diferente: a puerta cerrada, pero con un templo lleno de flores y con mucha devoción.
Normalmente la misa se lleva a cabo en la plazoleta de la basílica de Los Ángeles porque acuden cientos de personas, pero esta vez debido al coronavirus y a las medidas sanitarias dictadas por el Ministerio de Salud se llevó a cabo dentro del templo.
Había nada más algunos sacerdotes, el coro, pocos fieles y algunos miembros de la prensa, todos con su respectiva careta o cubrebocas.
La misa se inició con una procesión interna de los curas que terminó en el altar cuando incenciaron la imagen de la Negrita.
Luego de que se proclamaran las lecturas y el evangelio, monseñor Mario Enrique Quirós Quirós dio un mensaje de responsabilidad en el que pidió a la sociedad asumir las medidas sanitarias para vencer el covid-19.
Quirós destacó la actitud de oración de la madre de Jesús, una mujer valiente, llena de esperanza y quien sabe escuchar e invitó a los creyentes a imitarla, sobre todo en los tiempos de incertidumbre que vive el mundo.
“Ahora es el momento de sumarnos en la responsabilidad, en el cuidado personal y comunitario y de seguir emprendiendo nuestras luchas, trabajos, esfuerzos, donde todos saldremos ganando”, dijo.
El religioso también hizo un llamado a la misericordia y pidió a Dios sabiduría, luz y entendimiento para todos los hombres y mujeres de ciencia que están en busca de una vacuna y tratamientos que frenen la mortal enfermedad y que una vez que estos estén listos esté al alcance de todas las personas.
Nuevo vestido
El 1 de agosto del año pasado se le puso a la imagen un vestido que tenía un significado muy especial: la defensa de la vida.
En marzo de este año, cuando llegó el coronavirus al país, los encargados le quitaron esa prenda y le pusieron una con los colores de la bandera de Costa Rica para pedirle a la Negrita que abrace y proteja como madre y patrona al pueblo.
Este sábado, al final de la eucaristía, el obispo bendijo los vestidos que enviaron las personas a la basílica y los que mandaron a hacer y luego derramó agua bendita sobre ellos.
Después los sacerdotes le fueron poniendo uno a uno los bellos diseños, muchos de ellos con motivos patrios.
Al final los sacerdotes escogieron la emblemática prenda con el símbolo de la salud para que, de forma simbólica, María guíe a los médicos en medio de la situación del coronavirus que afecta el país. Los presentes aplaudieron al ver la elección de los curas.
Al cierre de la actividad monseñor hizo una oración en la que pidió a Dios la protección de los médicos y todos los trabajadores de la salud que están en la primera línea de batalla y que todos los días exponen su salud.