La Iglesia católica tardó cinco meses en separar de su cargo al sacerdote de San Rafael de Heredia, Alonso Azofeifa.
Este fue el tiempo que transcurrió entre la primera y la segunda denuncia en su contra, interpuestas ambas por hombres mayores de edad.
Según explicó el vocero de la Curia Metropolitana, Jeison Granados, la primera denuncia canónica se presentó en mayo y la segunda hace 15 días.
“Pasó ese tiempo porque se estaba en investigación previa. El tiempo que dura la investigación depende del caso, quien acusa presenta testigos y se toman testimonios. En este caso la investigación arroja que se debe elevar y como medida cautelar, el sacerdote se remueve del cargo mientras continúa el proceso”, indicó Granados.
La Curia Metropolitana decidió separar a Ulate luego de recibir dos denuncias en su contra “por infracción al sexto mandamiento”, el cual dice: no cometerás actos impuros. Este mandamiento prohibe todos los pecados contrarios a la castidad como la masturbación, fornicación, pornografía, prácticas homosexuales y adulterio.
No hay denuncias penales
El Ministerio Público confirmó que no existen denuncias penales contra este sacerdote, quien también es capellán auxiliar del Ministerio de Seguridad y en la actualidad está en vacaciones.
Por su parte, en la comunidad donde era párroco, la mayoría de feligreses de la parroquia San Rafael Arcángel lo apoyan y están firmando cartas para enviarlas a la Arquidiócesis de San José exigiendo explicaciones por la salida del cura.
Azofeifa estaba a frente de la iglesia de San Rafael desde el 15 de noviembre del 2017. El 13 de octubre se despidió de la comunidad sin dar explicaciones.