La celebración del Día de los Fieles Difuntos este 2 de noviembre tiene un significado muy especial, ya que en ella la iglesia católica recordará las 7.078 vidas que se han apagado en lo que va de la pandemia debido al covid-19.

“La pandemia nos ha golpeado a todos con la pérdida de familiares o amigos, prácticamente todos conocemos a alguien que ha muerto por el virus y este 2 de noviembre lo tendremos presente en la celebración. Nuestra fe nos llama a poner nuestra esperanza y confianza en el Señor”, manifestó el sacerdote y sociólogo David Solano, de la Arquidiócesis de San José

El médico limonense José Martín Ramírez Prada, de 66 años, es una de esas personas que perdió la batalla contra el coronavirus. Él falleció el pasado 27 de abril luego de permanecer varias semanas en la unidad de cuidados intensivos del hospital México.

Su esposa, Irene Calderón, dice que la vida de su familia ha cambiado mucho desde que el médico ya no está, pero es precisamente Dios el que la sostiene a ella y a su hijo.

“Nadie está preparado para perder un ser amado, pero Diosito bueno todo lo tiene en su mano, el día y la hora de nuestra partida. No ha sido fácil, pero la fuerza del Señor es mayor que todo. Mi hijo ha pasado muy duros momentos por lo de su papá, pero sabe que Dios lo está fortaleciendo grandemente”, contó.

LEA MÁS: Muere médico limonense que tenía covid-19

Ella ve muy complacida que en las últimas semanas el virus ha perdido fuerza, ya que no desea que más familias pasen por el dolor tan grande que su familia está experimentando.

“Que bendición saber que estas cosas difíciles están pasando. Seguimos orando para sanidad y fuerzas de lo alto para todas esas personas que estamos viviendo la ausencia de seres queridos y por los que están enfrentando estas enfermedades terribles, también por los médicos, enfermeras y todo el personal médico que está tan expuesto a contagios”, agregó.

Unión y paz

El sacerdote David Solano dice que el 2 de noviembre tiene un significado muy especial para los cristianos y es por eso que siempre buscan ir a misa y anotar en las intenciones de las misas el nombre de sus seres queridos que ya no están físicamente.

“No se recuerda a un muerto, sino a todos, como iglesia. Es muy distinta una misa de un funeral en la que se vive la consternación y el dolor de la reciente pérdida que una misa en la que se recuerda a todos los fieles difuntos porque ahí lo que se destaca es la promesa de la vida eterna que Jesucristo nos regaló al entregar su vida por nosotros.

“Las muertes por covid son muy duras, repentinas, ingratas, ya que no hay despedida, pero desde la fe el saber que ahora ese ser querido está en un lugar mejor debe darnos tranquilidad”, añadió.

Solano dijo que como sociólogo también ve el 2 de noviembre como un día en el que las personas sienten particularmente cerca a los seres queridos que ya murieron.

“Muchos van a los cementerios y llevan flores, hacen oraciones; quienes van a las misas participan del rito encomendando a Dios esa personas que ya fallecieron, aunque como iglesia se recuerdan todos los muertos, en nuestra individualidad llevamos en nuestra mente a nuestros hermanos, papás, tíos, abuelos y amigos que ya no están, son recuerdos muy nuestros”, expresó.

LEA MÁS: Muerte de mujeres por covid-19 golpea el triple a las familias

Más dolor

El demógrafo Luis Rosero Bixbi dice que en promedio en Costa Rica mueren unas 24 mil personas por año; sin embargo, la pandemia ha llevado más dolor a las familias del país.

Si nos basamos en las estadísticas anuales, en los últimos 18 meses debieron haber muerto unas 36 mil personas, pero han perdido la vida unas 43 mil.

“Cada uno de los fallecimientos representa un dolor incuantificable para las familias, es un golpe tremendamente duro. Una de las principales característica de la pandemia es que cerca de 60 de cada 100 fallecidos por el covid-19 son personas adultas mayores, eso quiere decir que quieres están muriendo son muchas veces los abuelitos, es un terrible golpe para toda la familia”, manifestó.

El experto dijo además que al analizar el periodo del 1 de junio del 2020 al 30 de junio del 2021 se determinó que debido a la pandemia bajó la expectativa de vida de las personas que viven en el territorio nacional. La de los hombres pasó de los 78 a los 76 años, mientras que la de las mujeres pasó de 82 a 81.

“La celebración de este martes debe llenarnos a todos de esperanza y paz porque nuestros difuntos están en un lugar mejor”.

—  David Solano, sacerdote