La Iglesia católica hace un llamado especial a las familias para que durante mayo, el mes de la Virgen María, oren en casa para superar la dura situación que vive el mundo por el covid-19.
El sacerdote German Rodríguez, de la catedral metropolitana de San José, dice que el dedicarle a María este mes ya es una costumbre antigua y muy esperada por los fieles católicos.
“Una larga tradición ha hecho que la Iglesia dedique el mes de mayo a la Virgen María para expresarle nuestro amor y devoción. Siempre se ha implorado a María la protección, sobre todo en tiempos difíciles, como ahorita con la pandemia que está haciendo sufrir al mundo.
“A ella invocamos y el Papa Francisco nos ha querido unir en las intensiones del santo rosario para que juntos, a nivel mundial, consigamos la intercesión de la Virgen María y el Señor quiera ayudarnos”, expresó.
El sacerdote dijo que en mayo se celebran tres fiestas marianas de mucho significado: el 13 es el día de la Virgen de Fátima; el 24 se recuerda a María Auxiliadora y el 31 la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel.
Durante este mes las parroquias se organizan para hacer actividades como rosarios, pero ahora, por culpa de la pandemia, las actividades se están llevando a cabo de forma virtual.
Unidad
El religioso dice que en este 2021, declarado por el Papa Francisco como al año de la familia, es importante que todos en casa participen del rezo del santo rosario, invocando el auxilio de María.
“Recordemos la expresión de que la familia que reza unida, permanece unida. Donde se reza el rosario no falta lo necesario”, dijo el sacerdote.
En esa línea, 30 santuarios en todo el mundo encabezan una oración diaria, entre el 1º y 31 de mayo, para pedir por el fin del coronavirus.
La iniciativa impulsada por el Papa Francisco se puede seguir a través de los canales oficiales de la Santa Sede todos los días a partir de las 6:00 p.m. hora local de Roma (10 a.m. hora de Costa Rica).
Hasta donde sea posible, la Iglesia recomienda hacer un pequeño altar en el hogar para orar allí.
También hace un llamado a seguir el ejemplo de María en cuanto a su gran fe, su entrega a Dios, su servicio hacia los demás, su prudencia, la obediencia al Señor, entre otras grandes cualidades.
Además, se hace un llamado a la práctica de la caridad, sobre todo en tiempos en los que muchas familias pasan necesidades por el desempleo y la pobreza.
La fe debe ir acompañada de un buen testimonio y de obras buenas como las que hizo Jesús a su paso en el mundo.