La Conferencia Episcopal de la iglesia católica de Costa Rica envió un comunicado en el cual, entre otras cosas, pide perdón al país por los busos sexuales a menores de edad por parte de sus sacerdotes y admite que no siempre han respondido justa y oportunamente ante las denuncias.
“Siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, admitimos que no siempre la Iglesia ha dado la respuesta justa y oportuna a este flagelo contra personas menores de edad. Humildemente reconocemos nuestros errores y pedimos perdón por las faltas que dolorosamente han sido cometidas por algunos miembros de nuestra Iglesia.
Aprovechó un comunicado la Iglesia para confirmar el “más firme rechazo por el grave crimen del abuso sexual, especialmente el cometido en perjuicio de personas menores de edad, y muy especialmente si viene de aquellos que, por vocación y por propia misión, deben buscar dignificar y salvar a toda persona y no lo contrario.
“Recordamos a todos que, desafortunadamente, este mal está también extendido en muchos ambientes de nuestra sociedad: el contexto familiar, el ambiente escolar y deportivo, el mundo profesional y político, etc. Estadísticamente un 90% de los abusos a menores se cometen en el mismo ambiente familiar.
Habla la nota de una iglesia más metida con las víctimas y sus familias. “Como nos lo pide el Santo Padre, nos comprometemos a que en el centro de la respuesta a esta problemática esté siempre la atención a las víctimas de este delito y a sus familias. Nos esforzaremos por escucharlas y acompañarlas, tanto en las denuncias que realicen de estos hechos, como en proceso de recuperación de las secuelas emocionales y psicológicas debidas a estas nefastas conductas”.
Algunas de las víctimas que han denunciado abusos sexuales de sacerdotes, siempre dejaron claro que la iglesia católica tica ni les dio pelota cuando denunciaron, en otros casos, no dijeron ni una palabra.
“Con esperanza recibimos el anuncio del Papa Francisco de la elaboración de un protocolo claro que permita desarrollar más claramente las acciones que como Iglesia debemos realizar de frente a la comisión de estos delitos en ambientes eclesiales, tanto de sacerdotes y religiosos, como de otros agentes pastorales.
“Invitamos a todos los cristianos y especialmente a nuestros fieles a orar con nosotros para que el Señor nos ilumine y fortalezca para tomar las mejores decisiones para erradicar este horrible crimen de nuestra sociedad y en especial de la Iglesia, que debe ser una casa segura para todos, especialmente para los más débiles. Que Santa María de los Ángeles interceda por nosotros”, concluye el comunicado que firman los nueve obispos ticos de la Conferencia Episcopal.