Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica se reunieron del 8 al 11 de agosto en la 74 Asamblea Ordinaria y fue ahí donde confirmaron que la iglesia católica tica sigue luchando la guerra contra los abusos sexuales.
“Seguimos haciendo los esfuerzos necesarios para lograr un ambiente seguro en nuestra Iglesia para los menores de edad y personas mayores en estado de vulnerabilidad”.
“De ahí que, celebramos el pasado 1º de junio, la II Jornada de Oración por las víctimas de abuso sexual; y, celebramos los días 19 y 26 de julio el Seminario Nacional sobre prevención de abuso sexual en entornos eclesiales.”
“El esfuerzo en este caminar debemos hacerlo todos: Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, consagrados y consagradas, fieles laicos y personas de buena voluntad, para renovar la faz de la Iglesia y de la sociedad en general, en favor de la protección de los preferidos de Jesús que son los niños”, explican los obispos.
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“Todo lo que se realice para erradicar la cultura del abuso de nuestras comunidades, sin una participación activa de todos los miembros de la Iglesia, no logrará generar las dinámicas necesarias para una sana y realista transformación”, nos reafirma el papa Francisco en su Carta al Pueblo de Dios, del 20 de agosto de 2018.
Es por eso que como Conferencia Episcopal “y desde cada una de nuestras diócesis, seguimos asumiendo con claridad total nuestro firme compromiso de seguir caminando en esa dirección, para que la Iglesia siga siendo un hogar seguro para todos”.
“Éste es un compromiso que debe cumplir todo ciudadano para el bien de la sociedad, esta lacra debe combatirse de frente”, agregan en un documento que resume los resultados de Asamblea Ordinaria.
Preocupa la pobreza
A los obispos también les preocupa el desempleo y la crisis social que se vive en el país, ya que para ellos el dato oficial de 293 mil desempleados es un número muy grande de ticos que no pueden llevar alimento a sus mesas.
“Esto sigue golpeando a nuestras familias y es fundamental encontrar caminos que permitan facilitar oportunidades de empleo digno, pues también sabemos que una gran cantidad de personas viven el empleo informal o el subempleo”.
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“Hacia la consolidación de la paz social en nuestro país, requerimos también bajar las cifras de pobreza, la cual afecta a más de un millón de personas. Sin la posibilidad de que nuestras familias puedan tener trabajo o alimento en sus mesas, no podemos tener paz social”.
“Mientras reine la desigualdad, que sigue siendo la característica que nos hace liderar con vergüenza en el Continente, no podemos aspirar a pensar que realmente vivimos como hermanos”, advirtieron.