La Iglesia católica tuvo un enorme cambio de rol en estas elecciones con respecto a la que tuvo en las pasadas.
Mientras que para el 2018 fue protagonista en la lucha contra el matrimonio igualitario y el aborto, temas que dividieron al país, en esta ocasión la institución se ha mentenido en un perfil más bajo, al margen del proceso electoral.
Por medio de un comunicado, la Conferencia Episcopal le pidió a los costarricenses, este jueves, que el próximo 6 de febrero salgan a votar.
“La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos.
“La Conferencia Episcopal hace un llamado a la conciencia a todos los actores de nuestra democracia, para no dividir el país ni causar heridas profundas en la búsqueda de fines electorales. Los obispos llaman al respeto de las diferentes ideas y visiones que presentan las agrupaciones políticas, pues el electorado definirá, por mayoría, la que se escoja para presidencia y vicepresidencias, y la conformación de la Asamblea Legislativa”, dice el comunicado.
LEA MÁS: Elecciones 2022: 50.833 ticos podrán votar en el extranjero
Gran división
Hace cuatro años, para estas fechas, el país estaba divido en dos bandos, los conservadores, que se oponían rotundamente a la aprobación del matrimonio igualitario y al aborto, y quienes sí aprobaban la unión entre personas del mismo sexo y el aborto terapéutico.
Fabricio Alvarado se volvió el abanderado de los conservadores y Carlos Alvarado el del bando contrario.
La Iglesia católica, en aquel entonces, no dudó en hacer pública su postura y defendió en todo momento el modelo de familia tradicional, además condenó el aborto.
Incluso la Conferencia Episcopal y la Federación Alianza Evangélica Costarricense redactaron un manifiesto que, según el Tribunal Supremo de Elecciones, constituyó una amenaza para el libre ejercicio del sufragio.
En el documento se le pedía a los creyentes que fueran a votar conscientes de que debían defender la vida, la familia tradicional y la paz.
El TSE recordó que, según la Constitución Política: “no se podrá, sin embargo, hacer en forma alguna propaganda política por clérigos o seglares invocando motivos de religión o valiéndose, como medio, de creencias religiosas”.
El politólogo Rotsay Rosales, coordinador del Observatorio de la Política Nacional de la UCR, dice que hace cuatro años la situación del país era muy diferente y que las circunstancias llevaron a la Iglesia a ser firme en sus creencias.
“Hace miles de años se hizo separación sana entre política y religión, pero eso no exime a la Iglesia católica de tomar posiciones sobre temas políticos, en defensa de sus intereses, es algo que seguirá haciendo para proteger sus intereses y su ideología.
“Pese a esa posición que tomó en la campaña pasada, no se puede decir que la Iglesia católica se unió al candidato Fabricio Alvarado, porque en ningún momento se dio un apoyo explícito, pero sí coincidieron en la protección a la vida y la desaprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo”, manifestó el especialista.