Los amantes del cielo tienen esta noche una muy buena oportunidad para darse gusto viendo, o fotografiando, la “Luna llena del lobo”.
¿Por qué se le llama así?
Esa expresión tiene su origen en una publicación hecha por primera vez en 1792 y publicada cada año, hasta ahora, sin interrupción.
El vínculo de la luna con el lobo empezó a hacerse popular en el llamado Old Farmer’s Almanac (Calendario del granjero viejo), una publicación que incluía pronósticos del tiempo, tablas para saber cuándo sembrar, datos astronómicos, recetas y más. En Norteamérica ha sido muy popular (algo así como el almanaque Escuela para todos que hay en Costa Rica).
Los nombres para la luna llena en esa publicación hacían referencia a varios lugares y utilizaban como fuente de información tradiciones e historias de muchos años antes y propias de comunidades nativas de Estados Unidos y Canadá durante el siglo XVIII.
La Luna llena de enero de cada año, según ese almanaque, siempre se asoció con que se oía aullar a los lobos con mayor frecuencia que en otros momentos del año.
En el caso de Costa Rica no lograremos oír lobos, si acaso algún coyote en zonas montañosas, pero valdrá la pena ver el espectáculo en el cielo.