Hace tres años, a don Carlos Castro le regalaron una colmena y pensó ponerla en un hotel para abejas que él mismo hizo.
Después llegó el segundo, el tercero y el cuarto, y todos están con la ocupación hasta el tope. Este vecino de Valle Azul, en San Lorenzo de San Ramón, está muy feliz por sus hoteles y asegura que las abejas son autosuficientes, por eso no necesita ni atenderlas.
“Si tuviera más campo en la casa pongo más, lástima. Ellas no dan problemas y las cuido mucho porque sirven para polinizar. La familia las disfruta también porque no son peligrosas, en verdad que ha sido una gran idea el haber puesto estos hoteles”, comenta don Carlos.
“Sería ideal que todas las personas que tengan algún espacio pongan uno, dos o los que puedan, estos hoteles ayudan a conservar a las abejas que viven entre tanto peligro. Incluso, a uno le sirven para desestresarse porque verlas es lindísimo, a uno se le pasa el tiempo rapidísimo”, explicó.
Para protegerlas
En Costa Rica existen entre 600 y 700 especies de abejas y un poquito más del 90% son las llamadas independientes (solitarias).
Es por eso que, buscando proteger a esa gran mayoría que no tiene colmena, nació el programa “Cantones amigos de las abejas”, el cual tiene como objetivo construir cientos de estos hoteles, los cuales actualmente tienen una ocupación del 100%.
Las abejas solitarias no producen miel ni habitan en una colmena, pero son importantísimas porque forman parte del ciclo de polinización de infinidad de flores, o sea, son fundamentales para la conservación de la naturaleza y de la vida.
“Los hoteles para abejas son por lo general estructuras de madera y bambú que tienen espacios o cavidades que muchos organismos utilizan como refugio y principalmente para construir sus nidos. Algunas especies anidan en ramas secas.
“Normalmente las abejas solitarias viven en huecos de los árboles, ellas se encargan de hacer todo porque no tienen una gran familia. Esto quiere decir que una sola, la hembra, es la que hace todo el trabajo: recoge polen y néctar y lo lleva al nido para proveer alimento a su cría, a diferencia de las abejas que viven en colonias, donde hay varias obreras que colaboran”, explicó Paul Hanson, entomólogo de la Universidad de Costa Rica, quien desde antes de la pandemia empezó con esta idea.
La estructura imita ese ambiente natural del hueco en el árbol para que ellas aniden, estén protegidas, no mueran antes de tiempo y puedan reproducirse con tranquilidad, favoreciendo el repoblamiento.
Juan Bautista Alvarado, apicultor y uno de los líderes del programa, dice que actualmente 60 de los 84 cantones se declararon amigos de las abejas, el objetivo es que todos lo hagan.
Incluso, ya 10 municipalidades se han apuntado a la protección de las abejas solitarias poniéndoles hoteles en distintos puntos de sus comunidades.
“¿Qué buscamos? Que los gobiernos locales desarrollen acciones, proyectos y programas que favorezcan a todas las especies de abejas y buscamos la protección de todas porque todas son importantes.
“Buscamos que las municipalidades apoyen la reactivación económica a partir del apoyo a proyectos productivos relacionados con abejas. Costa Rica tiene mucho potencial para desarrollar el apiturismo, o sea, el turismo con abejas”, explica don Juan Bautista.
Lo que se espera con el apiturismo es que el turista nacional y extranjero visite los cantones y conozca sobre la gran variedad de especies de este importante insecto en el país. Solo para aclarar más, Tiquicia tiene el 5% de todas las variedades de abejas que hay en el planeta.
Los cantones de San Ramón, San Carlos, Puriscal, San Mateo, Hojancha, Curridabat, Heredia, Montes de Oca, Grecia y Oreamuno son los que ya se apuntaron.
Pablo Gómez es de Oreamuno de Cartago y recordó que el 21 de febrero ellos se declararon amigos de las abejas. Ya pusieron ocho hoteles y, como todos los demás, están con ocupación completa. Por ejemplo, colocaron uno en el parque Central y otro en el centro de salud de la Caja.
“Avanzamos bastante bien con el programa, cada hotel lleva la rotulación. El objetivo de nosotros es sensibilizar y concientizar a la población”, dijo.
Tremenda crisis
“Cantones amigos de las abejas” nace porque Costa Rica está sufriendo una de las peores crisis de población de estos insectos en su historia. De acuerdo a estudios, nos comenta don Juan Bautista, por culpa de intoxicación mueren unas 250 mil por día en nuestro país. Hablamos de abejas de la miel, de las solitarias no se tiene el dato.
Se usan muchísimos agroquímicos en los campos, los agricultores no están preparados ni capacitados para usarlos y tienen malas prácticas que están provocando el exterminio a nivel nacional.
“No se ha avanzado en el tema. Hemos solicitado al Poder Ejecutivo que prohíba algunos agroquímicos como el Fipronil y todos los conocidos como neonicotinoides (son una familia de insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos y, con menor toxicidad, en vertebrados como aves y mamíferos)”, explicó.