Doña María González es una adulta mayor de 70 años que desde inicios de este año ha enfrentado problemas de salud que le han restado movilidad a sus piernas.
La señora, que vive en Alajuela, tenía una cita de control la mañana de este lunes en Anticoagulados del Hospital San Rafael y acudió puntual confiada en que la Caja del Seguro ha dicho a los asegurados que no falten a sus citas aunque haya problemas relacionados con el “hackeo” de los sistemas de cómputo.
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Sin embargo, al llegar, le dijeron a ella y a su hijo Franklin Arroyo que no la iban a atender porque en la actualidad únicamente están viendo a pacientes con citas nuevas, no casos de seguimiento.
Doña María debe ser trasladada en silla de ruedas, en taxi y está a cargo de sus dos hijos.
Franklin, el mayor, tuvo que hacer malabares este lunes para acomodar su agenda de trabajo y pedir permiso para llevar a su madre a la cita porque es consciente de la importancia de que continúe con su tratamiento.
Este lunes, la “solución” que les dieron a doña María y a su hijo fue que, si deseaban quejarse, fueran a la Contraloría de Servicios.
“Nos dijeron que estuviéramos atentos a las noticias y que cuando viéramos que ya se había solucionado el problema de los sistemas informáticos fuéramos a Información para que le programen una nueva cita”, cuenta Arroyo.
El preocupado hijo explicó que, en el caso de su madre, ellos le dan las mejores pastillas que hay para su problema de coagulación y que aún les quedan varias, pero se pregunta qué pasaría si ya no las tuvieran.
“La cita era para tomarle una muestra de sangre y que la analizaran y, junto con los antecedentes, saber si ha mejorado o no. La vez pasada ella nada más fue a que le tomaran la muestra y del hospital la llamaron para dar los resultados”, recordó Franklin.
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Agregó que este lunes él llevaba un folder con todo el expediente que les han dado en estos cinco meses y las referencias para que el médico pudiera tener una mejor idea de la condición de la paciente ante la falta de acceso al expediente digital.
Un médico conocido del hermano de Franklin le explicó que como no están haciendo seguimientos, por falta de expediente digital, entonces que no tenía sentido sacarle una muestra de sangre.
Doña María está siendo tratada actualmente por el Departamento de Anticoagulados, es hipertensa, diabética, tiene arritmia cardíaca, es paciente psiquiátrica y le mandan tratamiento porque presenta retención de líquidos.
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¿Qué dice la Caja?
La Teja consultó por este caso a la CCSS por medio de su oficina de prensa.
En un primer contacto respondieron solicitando el número de teléfono de doña María o de su hijo para tenerles una respuesta.
Pese a que en la consulta enviada incluimos el nombre, los dos apellidos y el número de cédula de la paciente, dijeron que no encontraron registros de ella. No detallaron si están atendiendo a todos los pacientes o si estos deben seguir yendo a probar suerte.
Desde el martes 31 de mayo, cuando se detectó el hackeo a los sistemas informáticos de la Caja de Seguro Social se apagaron todos los servidores para evitar daños mayores, como el secuestro de datos de los asegurados por parte de grupos criminales que luego piden millones para “liberarlos”.
Desde entonces no ha sido posible que los médicos accedan al Expediente Digital Único en Salud (EDUS) de cada asegurado para conocer con exactitud su padecimiento y brindarle la mejor atención.
Los centros médicos públicos han tenido que regresar al uso de expedientes de papel para atender a los pacientes.
La CCSS no ha informado cuándo estaría resuelto el problema.
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