Un hombre uniformado de oficial de Policía cautiva más a las mujeres, que una mujer vestida de policía a los hombres.
Esto aplica para oficiales de Tránsito, bomberos, aviadores, personal médico y muchas otras profesiones, quizás porque el uniforme le da al varón una autoridad que le atrae a las mujeres, mientras que a ellas más bien les juega en contra porque les esconde un poco la figura.
El uniforme de los tráficos es de los que más sensaciones despiertan en las mujeres, quizá por ser de los más elegantes.
La Teja conversó con un oficial de tránsito, quien nos habló bajo identidad protegida, por eso lo llamaremos Luis.
Él tiene 17 años laborando para la Policía de Tránsito y cuenta que cuando inició, el solo hecho de portar ese atuendo, lo convertía en un hombre atractivo.
“No voy a rajar diciendo que todas me volvían a ver, pero las mujeres me veían más con el uniforme que cuando estaba en mis días libres. Este uniforme es particular porque es más llamativo, por la camisa blanca, el pantalón y las botas negras, el casco, la moto y los anteojos”, comentó.
Este agente reveló que cuando tenía dos años de trabajar para esa institución, tuvo encuentros sexuales con tres mujeres en seis meses gracias al uniforme, luego de eso tuvo cinco más, pero de manera esporádica.
“Dos de ellas eran amigas mías que me dijeron que con el uniforme me veía mejor y bueno, luego estuve con ellas por aparte. La tercera era la amiga de un hermano que me vio entrar a la casa, la conocí, empezamos a hablar, después salimos y por último estuve con ella”, añadió.
“Una me dijo que quería que me vistiera de oficial solo para ella, pero eso nunca lo hice porque respeto a la institución que represento y al uniforme que todavía porto”, continuó.
Esa época dorada ya pasó, ahora tiene 55 años, está casado, es padre de dos hijos y no tiene el mismo físico de antes.
“Hay que dejar algo claro que las mujeres ven a los oficiales jóvenes, a los viejos no”, agregó muerto de risa.
Luis dice que esto también ocurre con sus compañeras más jóvenes, a quienes algunos conductores las piropean.
“En mi experiencia, lo que he escuchado que les dicen a ellas son cosas bonitas, que gracias por embellecer la ciudad y otras que son vulgaridades”, añadió.
Polis son un pegue
Gerardo Solano es un policía pensionado hace cuatro meses, pero recordó el poder de atracción que le generaba en las mujeres el uniforme de la Fuerza Pública.
“Es como un imán, tanto así que si uno está de civil, ya no es lo mismo”, confesó.
Dijo que empezó a trabajar en 1978 y al principio le sorprendía el efecto de andar vestido de azul oscuro, zapatos negros y con pistola, pero con el tiempo se acostumbró.
“Uno escuchaba los comentarios de las mujeres al observar a un oficial, eso siempre se ha dado. ‘Qué policía más guapo’, ‘qué lindo se ve ese policía’, es algo que se da mucho”, dijo.
Agrega que algunos de sus compañeros le sacaron el jugo al encanto del atuendo, pero como consecuencia, muchos terminaron con hogares separados.
“Algunas mujeres se quedan para siempre con el policía, otras lo someten una vez y se van a buscar otro y así”, explicó don Gerardo.
“Cuando uno andaba caminando en lugares alejados, las mujeres se paraban a ver al policía. Algunos cometían el error de besarlas, eso no se puede hacer, en el reglamento está y hoy en día el que lo haga tiene que tener mucho cuidado, porque es un broncón”, dijo.
Comentarios pasados
Otro grupo que es bastante piropeado es el de los bomberos.
Uno de ellos también decidió hablar bajo anonimato, para contarnos sobre sus experiencias con este tipo de ropa.
Él tiene cuatro años apagando fuegos y cuenta que en más de una ocasión ha visto como algunas mujeres arden cuando él llega junto con sus compañeros, a atender una emergencia.
“En mi caso no me han dicho cosas vulgares, pero sí he notado que se nos quedan viendo. Nosotros debemos cuidar nuestros cuerpos, ir al gimnasio, correr, levantar pesas y otras cosas para mantenernos bien, creo que eso es lo que a las mujeres les llama la atención, además del uniforme”, detalló.
Eso sí, cuenta que a otros compañeros les han dicho comentarios bastante pasados.
“Casi siempre esos comentarios están relacionados con las mangueras o con los chorros de agua, son vulgares y vienen de hombres y de mujeres, pero más de ellas”, expresó.
Este bombero aseguró que a pesar de las palabras vulgares que les han dicho, son más los buenos comentarios que reciben.
“Cuando terminamos de atender una emergencia la gente nos agradece mucho y nos felicitan, esas palabras nos motivan más que las otras”, agregó.
La mayoría de los entrevistados dijeron que en estos casos no aplica el dicho de, si la mona se viste de seda, mona se queda, pues ellos saben que un uniforme es capaz de todo.
Colachitas
Aunque los hombres uniformados le sacan ventaja a las mujeres, ellas se desquitan, pero con los disfraces.
Por ejemplo, un hombre que se vista de Colacho no tiene nada qué hacer contra una colachita, pues los trajes de ellas suelen ser cortos y sexis, mientras que los colachos, por lo general, son hombres gorditos, o flacos, que se ponen una panza artificial.
Paola Solís es una edecán que se ha vestido de colachita en diciembre y le consta que ese uniforme provoca muchas reacciones en los caballeros y en las damas, obvio con distintos fines.
“Pasan familias enteras y los hombres pasan admirando la belleza, mientras que las mujeres se fijan minuciosamente en uno, buscando defectos. Creo que el vestido corto y sexi abre la mente de la gente porque son atractivos y se imaginan muchas cosas”, dijo Solís.
Por supuesto que el efecto va ligado estrictamente a la estética del traje y a la persona que lo lleva puesto.
“No es usual ver a una colachita, es algo que llama la atención y las veces que me he puesto el traje sabía que iba a llamar la atención, pese a que era en actividades para niños”, comentó.
La admiración muchas veces pasa de tono y a las colachitas les dicen piropos, les dan tarjetas de presentación para que vayan a otro eventos, les dejan los teléfonos, o se los piden para contratarlas.
“Esas cosas pasan mucho. Entre los piropos que recuerdo están: ‘que colacha más linda’, ‘no me porté mal, ¿qué me va a regalar?’, ‘regáleme un beso’ o cosas más pesadas y explícitas”, dijo la modelo.
Moda
Por su parte, Kattia Quirós, dueña de Disfraces Fantasía, en Tibás, dijo que la moda por los disfraces inició cuando los hombres empezaron a hacer espectáculo estilo Village People en bares y discotecas, pues se vestían de bomberos, policías y otros.
“Fueron los maripepinos los que despertaron eso. No era que antes no había, pero se hizo tendencia. Grupos como Zona Cuatro con hombres vestidos generaron esa tendencia sexosa”, indicó.
Dijo que los trajes que más buscan las mujeres, para vestir a los hombres son los de tráficos, bomberos y policías; mientras que a los hombres les gusta vestir a las chicas de enfermeras y monjas.