Roy Mairon Sarmiento es un niño de 11 años que desde antes de nacer tuvo una gran misión: aliviar el dolor de su mamá al perder el gran amor de su vida.
El pequeño nació tres meses después de que su papá el oficial de la Fuerza Pública Roy Sarmiento Granados, fuera asesinado.
Ivette Agüero, viuda del oficial, accedió a contar su historia a La Teja; sin embargo, como ella también es policía y trabaja en el OIJ, pidió que no publicaran fotos de su cara y la de sus hijos, ya que prefiere ser prudente y evitar riesgos.
Agüero abrió su alma y relató como de un día para otro cambió el plan de vida que tenía. La valiente dice que su hijo Roy es el recuerdo más grande que tiene del hombre que tanto amó, ya que el chiquito es una copia exacta del papá.
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“Con el paso del tiempo se empezó a ver mucho el parecido que tienen los dos. Muchas veces uno aprende cosas de otras personas como por ejemplo mañas y comportamientos, pero mi hijo sacó cosas del papá sin siquiera haberlo visto una vez”, contó Ivette.
“Él camina, habla, come y tiene gestos iguales al papá y ni lo conoció, entonces era algo que ya traía”, agregó la mujer.
La mamá asegura que el tener a su hijo en el vientre cuando perdió a su esposo fue lo que le dio la fuerza para superar el trago tan amargo que le tocó vivir.
“Cuando mi esposo murió yo decía: ‘bueno, lo que más anhelábamos en la vida era tener este bebé, sobre todo porque antes habíamos tenido dos pérdidas y por eso yo tenía que seguir adelante, por él”, recordó con voz entrecortada la valiente mamá.
Pese a eso, fue muy duro el tener que vivir sola todo los momentos que había planeado vivir con su compañero de vida.
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“El hecho de tener que ir a las citas de control prenatal sin Roy era muy duro, no iba sola, iba con mi mamá, pero me hacía falta él porque en vida siempre estuvo muy pendiente del bebé.
“El tema del baby shower fue muy duro porque había que celebrar la vida que venía en camino y darle la bienvenida, pero siempre estaba el vacío del papá y eso me dolía mucho.
Parto difícil
El pequeño nació tres meses exactos después de la muerte del uniformado, incluso hasta era viernes, igual al día de la tragedia.
“Fue muy difícil porque yo entré en labor de parto a las 9 de la mañana, pero los doctores me decían que había un bloqueo emocional que no me dejaba avanzar, por eso pasé 14 horas en labor de parto, fue muy desgastante.
“Yo tuve a mi hijo en La Carit y les expliqué la situación a los médicos y me atendieron muy bien, ellos y las enfermeras trataban de motivarme”, recordó la oficial.
Agüero dice que fue muy duro salir adelante sola; sin embargo, con la ayuda de Dios y de sus papás que siempre estuvieron pendientes de ella, ha logrado sacar la tarea.
Sin mentiras
Ivette dice que ella nunca le han mentido a su hijo sobre la forma en la que murió el papá, sobre todo porque debe ser un motivo de orgullo para el pequeño.
“Mi esposo murió como un héroe y mi hijo lo sabe perfectamente, incluso yo le hice un portafolio en el que recorté y metí todas las notas que salieron en los periódicos en aquel momento”, narró la mamá.
La viuda dice que aunque ya han pasado casi doce años, ella recuerda muy bien el día en que su esposo fue herido de muerte.
“Fue el 21 de abril de 2006, ese día yo tenía cita en La Carit por el control prenatal y me incapacitaron unos días. Roy me llevó al médico y luego me vino a dejar a la casa; como a las 4:30 de la tarde se fue a trabajar, iba para un operativo con otro compañero.
“Él se despidió y cuando iba llegando al final de la calle del residencial a mí el corazón me hizo ¡pun!”, recordó.
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A las 5 de la tarde Ivette llamó a su esposo y él le dijo que ya había llegado a la delegación en Delta Uno, que estaba por el Registro Civil, pero minutos después la vida de la mujer cambió para siempre.
“Yo era agente del OIJ en ese momento y a las 5:25 p. m. me avisó la central de radio que a Roy lo habían baleado. Llamé a mi hermano y él me llevó al Hospital San Juan de Dios, donde estaba mi esposo y cuando llegué vi eso lleno de policías de la Fuerza Pública y de la Policía Judicial.
Cumplió hasta el final
Ivette estaba llena de dudas sobre lo que le había pasado a su esposo, por lo que le pidió a los compañeros de él que le contaran cómo había ocurrido el ataque.
“Me contaron que Roy y otro oficial iban para un trabajo, mi esposo iba manejando y vio un carro que venía contra vía, sin placas y polarizado, entonces el instinto policial lo hizo seguirlo.
“Como a 200 metros el carro se estacionó en la entrada de un local comercial cerca de la clínica Bíblica, en el centro de San José, entonces, Roy y el compañero hicieron el intento de detener al chofer, en eso salieron cinco hombres que estaban haciendo un asalto a un local y que según habían planeado, iban a escapar en el carro que mi esposo había seguido”, recordó la mujer.
Tres de los asaltantes agarraron para un lado y los otros dos para otro.
Roy y el compañero les dieron de inmediato la voz de alto a los hombres, uno la acató, pero otro sacó una pistola y le disparó en la cabeza.
Después el hombre que le disparó a Roy salió corriendo, pero otros policías lograron agarrarlo cerca de la estación del Pacífico.
Sarmiento estuvo en coma seis días y murió el 27 de abril, en la noche, de un paro cardiorespiratorio.
Vive en paz
Ivette actualmente tiene una una vida intensa y ajetreada, pero en paz.
“Cuando Roy murió yo estaba apunto de graduarme como criminóloga y debido a eso suspendí el proceso, pero tiempo después lo retomé y hasta decidí estudiar también Derecho y ahora soy criminóloga y también tengo una maestría en Derecho.
“Ahora tengo también una hija que se llama Camila, ella y Roy son mi motivación y todos los días lucho por darles un buen ejemplo y también un buen futuro”, argumentó la luchadora.
“Mucha gente me dice que porqué no busco trabajo en otra cosa porque ser policía es muy peligroso, pero yo les digo que mi esposo creía en la Policía y trabaja por hacer un mundo mejor y yo también”, explicó Ivette.