A Yerlin Taylor Barquero se le hace un nudo en el corazón cada vez que su pequeña hija, Evelyn le dice que de regalo de Navidad quiere volver a ver al papá.
El anhelo de la niña de ocho años es imposible porque su papá, Carlos Jiménez Pérez, murió el 7 de enero de 2013 mientras cumplía con su deber como policía. Junto a él falleció su compañero inseparable, Jesús Peraza Garro.
Ambos intentaron detener a unos ladrones que acababan de asaltar a un comerciante en Las Palmitas de La Rita, en Pococí. Los oficiales se bajaron de las motos en las que andaban patrullando y le hicieron la señal de alto al carro en que iban los sospechosos, pero el chofer le tiró el vehículo a los uniformados, los atropelló y los mató.
La niña de ocho años recuerda poco del papá porque cuando él murió ella tenía solo tres años, pero su mamá y su hermano mayor, Brayton, se han encargado de mantener vivo el recuerdo del cariñoso padre.
“Ella no pide nada para Navidad, lo que quiere es ver al papá y a mi eso me duele mucho porque es algo que no puedo darle, yo le explico a ella que por la fe que tenemos algún día lo volveremos a ver en el cielo.
“También le digo que el papá vive en el corazoncito de ella y siempre está cuidándola y se siente orgulloso de verla que se exime en la escuela y que está aprendiendo a tocar violín como él siempre quiso”, relató Yerlin.
Taylor contó que en medio del dolor de saber que en unos días se cumplirán cinco años de la trágica muerte del hombre que tanto amó, los últimos recuerdos que tiene de él son de una muy feliz Navidad y eso la motiva a seguir adelante para sacar adelante a sus dos hijos.
“Las última Navidad que pasamos con Carlos fue inolvidable, fuimos a pasear donde la familia de él en Siquirres y por primera vez en mi vida hice tamales, fue muy divertido. También fuimos a reunirnos con mi familia y pasamos momentos tan bonitos, Carlos pasó jugando con Eve y con Brayton.
“Nosotros más que darnos regalos en Navidad lo que nos dábamos era mucho amor, muchas risas, construíamos anécdotas bonitas, y nos dábamos mucho cariño. Carlos era una persona que siempre andaba vacilando y contando chistes, los compañeros lo recuerdan mucho por eso”, aseguró la mujer.
Un nuevo comienzo
Yerlin dice que aunque ahora tiene una vida feliz, los primeros meses sin su esposo fueron muy duros.
“Yo me di cuenta de la muerte de Carlos por televisión, fue algo terrible, muy duro. Me enteré como a las 8 de la noche, pero estaba en una etapa de negación, unas tres horas después me llamó el ministro de Seguridad, que en ese tiempo era don Mario Zamora y me confirmó la muerte de mi esposo.
“Yo sentí que el mundo se me vino encima, no quería ni comer, bajé diez kilos, y tras todo el dolor que estaba sintiendo por tener que seguir mi vida sin mi esposo, tenía que hacerle frente a un montón de trámites para que me dieran las pólizas por la muerte de Carlos.
“Eran procedimientos muy tediosos y uno en ese momento no tiene ganas de nada, menos de ir a hacer filas y enfrentarse a gente imprudente que le dice a uno: yo vi la muerte de su esposo en tele, el se desangró ahí en media calle, ¿cómo se siente después de eso?”, recordó.
La valiente madre dijo que en medio de la tragedia que vivió en el 2013, nació en un ella un sentimiento muy especial hacia Marisol Espinoza Campos, esposa del otro oficial que murió atropellado.
“Cuando Carlos murió la gente me daba el pésame y los conocidos me decían que lo sentían mucho, pero realmente fue hasta cuando llegué a Guácimo y conocí a la esposa de Jesús que sentí que alguien comprendía de verdad lo que yo estaba pasando”, narró Yerlin.
Desde ese momento nació entre Marisol y Yerlin una amistad muy especial y eso las mantiene en contacto continuo (Ver nota aparte).
El baúl de los tesoros
En el afán de recordar a Carlos, Yerlin y sus hijos tienen guardados muchos recuerdos de él en una caja que cuidan como un tesoro.
“Tenemos tarjetas que los compañeros de mi esposo le hicieron un año después de que él murió, tenemos regalos que él nos hizo en vida a mí y a mis hijos, cositas que le compró a Evelyn y guardo por si alguna vez ella tiene una hija.
“Ahí también tenemos guardada la investigación del caso por las muertes que nunca llegó a nada, nos dijeron que el hombre que conducía el carro que atropelló a Carlos y a Jesús murió después, entonces, los otros sospechosos detenidos quedaron libres por falta de pruebas y nadie pagó por sus muertes, pero en realidad no le guardo rencor a nadie, yo tengo paz en mi corazón y quiero que mis hijos también la tengan”, argumentó Yerlin.
La viuda asegura que ella recuerda a Carlos todos los días y vive tranquila porque sabe que su esposo murió haciendo lo que más le apasionaba en la vida: ser policía.